Varios

Secretos Ocultos Revelados en

      Mapamundi de 1491 que podría haber

guiado a Colón

 

Un mapamundi realizado en 1481 por Henricus Martellus ha sido sometido a una toma de imágenes multiespectral que ha revelado detalles ocultos en el mapa que no eran visibles hasta ahora, incluidas numerosas descripciones en latín de pueblos y regiones.

Henricus Martellus es también conocido como Heinrich Hammer. Fue un cartógrafo alemán que vivió en Florencia del 1480 al 1496. Su mapamundi de 1491 es uno de los dos que se confeccionaron (hubo una versión anterior en 1489). Es similar al globo terrestre, llamadoErdapfel producido por el más tarde marinero, artista, astrónomo, filósofo y explorador Martin Behaim en 1492, que pudo en realidad haber sido influenciado por Martellus. Ambos incorporan variaciones del modelo Ptolomaico en cuanto que muestran una vía al Océano Índico bajo el cuerno de África e incluyen el continente de Malasia. Ambos también pueden derivar de mapas anteriores producidos por Bartolomeo Columbus, creados alrededor del 1485 en Lisboa, Portugal. Algunos historiadores creen que el mapa de Martellus pudo también haber sido empleado por Cristóbal Colón antes de iniciar su viaje para circunnavegar el globo.

Mapa anterior de Martellus producido en 1489 (Wikimedia Commons)

Mapa anterior de Martellus producido en 1489 (Wikimedia Commons)

No se sabe mucho acerca de Martellus, pero probablemente vivió en Nüremberg. Su mapa de 1491, que se ha conservado en la Beinecke Rare Book & Manuscript Library (Biblioteca Beinecke de Libros Raros y Manuscritos), puede haberse basado en la obra de Claudio Ptolomeo, un erudito griego que vivió en el siglo II a. C. Las obras de Ptolomeo sobre geografía eran por lo general desconocidas en la Europa cristiana pero pusieron las bases del Renacimiento en lo que a Geografía se refiere. Martellus revisó la obra de Ptolomeo gracias a la información aportada por Marco Polo al regresar de sus viajes por Asia. También incorporó información basada en viajes de exploradores portugueses a África.

Marco Polo viajando, Miniatura del libro “Los Viajes de Marco Polo” (Wikimedia Commons)

Martellus utilizó información traída por Marco Polo a su regreso de sus viajes por Asia para confeccionar su mapa. Marco Polo viajando, Miniatura del libro “Los Viajes de Marco Polo” (Wikimedia Commons)

Caves para comprender la Historia - Horizonte Bicentenario 2010-2016-N 54 -  Septiembre de 2016 - ISSN  1852-4125

 

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La Pinta, La Niña y la Santa María: el misterioso destino de las tres carabelas de Colón

 

Autor: Natalia KlimczakEste artículo fue publicado originalmente en www.ancient-origins.net y ha sido traducido con permiso.

La historia de Cristóbal Colón estaría incompleta sin sus tres famosas carabelas: La Pinta, La Niña y la Santa María. Sus nombres aún son conocidos en nuestros días, aunque de hecho estas populares embarcaciones parecen haber desaparecido de las páginas de la historia. Colón utilizó estas tres carabelas en sus largos y peligrosos viajes a través del Atlántico. De hecho no eran los barcos más poderosos, los más cómodos ni los más modernos de la época. Sin embargo, unos 88 hombres (quizás algunos menos) acompañaron al famoso explorador en estas tres naves zarpando desde Palos de la Frontera el 3 de agosto de 1492. Esta expedición cambiaría el mundo para siempre. Las integrantes de las tripulaciones, en especial sus capitanes, eran expertos en la vida en el mar. Los tres barcos podían navegar a una velocidad media diaria de poco menos de 4 nudos. Su velocidad máxima era de unos 8 nudos. Las medidas de estas tres naves solo se conocen gracias a documentos elaborados con mucha posterioridad a 1492.

 La carabela en la que viajaba Cristóbal Colón. La nave capitana de esta pequeña flota era la Santa María, cuyo nombre completo era “Santa María de la Inmaculada Concepción”. Durante muchos meses, esta embarcación fue el hogar de Cristóbal Colón: el lugar en el que pasaba horas con sus mapas y su diario en busca del rumbo correcto para su expedición. La Santa María fue construida en Galicia, y de hecho su primer nombre fue Gallega. Era una carabela de tamaño mediano con una única cubierta que medía unos 17,70 metros de eslora y tenía tres mástiles. La elección de esta embarcación no fue por casualidad, sino que habría tenido relación con la auténtica historia de la vida de Colón, cuyo nombre real podría haber sido Pedro Madruga.

‘Cristóbal Colón a bordo de la Santa María en 1492’ (1855) óleo de Emanuel Leutze. (Public Domain)

‘Cristóbal Colón a bordo de la Santa María en 1492’ (1855) óleo de Emanuel Leutze. ( Public Domain )

 

 

 
 
Era el 6 de julio de 1816. Apenas había transcurrido un día desde que Manuel Belgrano había llegado a Tucumán, viniendo desde Buenos Aires. Hacía poco tiempo también que había estado en Europa, y los Diputados reunidos en el Congreso, deseaban escuchar fervientemente las frescas noticias llegadas del Viejo Mundo. En sesión secreta se reúne el Congreso. para escuchar al creador de la bandera, vencedor de la Batalla más importante de la Historia Argentina, lograda ahí mismo, en Tucumán.
 
Manuel Belgrano, subido al estrado, efectuó uno de sus más bellos discurso de toda su vida, discurso que sin duda definiría la suerte de una Nación...
 
Habló desde el corazón, como sólo él podía hacerlo. Contestó primero algunas preguntas de algunos diputados para luego explayarse sobre la situación europea. Dijo que los tiempos habían cambiado. Dijo que el apoyo europeo que alguna vez pudimos haber tenido al iniciar nuestra guerra emancipadora, había sido cambiado por el descrédito causado por nuestras luchas internas. No se nos tomaba en serio. Y que no debíamos esperar ayuda de nadie. Textualmente dijo:

 

 

 La repatriación de los restos 

 

Por Enrique Mario Mayochi

 

Instituto Nacional Sanmartiniano de la República Argentina

 

Con la llegada de los restos del Libertador a la Argentina el 28 de mayo de 1880 quedaba cumplido el deseo testamentario de que su corazón fuese depositado en Buenos Aires. Todo el país contribuyó para que tan fausto suceso se concretara y el traslado se hizo en un navío de la Armada Nacional conducido por las expertas manos de nuestros marinos. Aquí esperaban y recibieron a esos restos los argentinos todos, encabezados por Avellaneda, Mitre y Sarmiento, los tres ciudadanos que hasta ese momento habían ejercido el mando presidencial en Buenos Aires. Lo realizado para traer a la Argentina los restos ha sido ya estudiado en sus aspectos generales y narrado por distinguidos historiadores, de los que recordaré ahora a José Pacifico Otero, el ilustre fundador del Instituto Sanmartiniano, y a Isidoro Ruiz Moreno, nuestro colega en la Academia Sanmartiniana. Por ello, no he de volver sobre lo ya sabido, sino que trataré de desarrollar, analizar o profundizar, según los casos, cuatro aspectos de tan importante asunto. El primero se refiere a determinar cuál fue la verdadera razón por la que los restos del Libertador se trajeron a Buenos Aires solo tres décadas después de ocurrida su muerte y de conocerse su deseo testamentario. En segundo término, destacaré los méritos de la comisión nacional que tuvo a su cargo realizar la repatriación de los venerados restos y la participación que tuvo en ello la comunidad argentina. Después evocaré cómo el periodismo porteño cumplió con su misión informativa y rindió homenaje al Libertador en ese memorable 28 de mayo de 1880. Finalmente, analizaré cómo y cuándo fue elegida la Catedral por el gobierno municipal de Buenos Aires para que allí recibiese sepulcro definitivo el Padre de la Patria y cómo ese recinto fue cedido cordialmente por el Arzobispado porteño. Comenzaré, pues, con la búsqueda de la razón por la que debió aguardarse hasta 1880 para que fueran traídos los restos del héroe.

María Cecilia Rossi

El pueblo de Santiago del Estero rinde homenaje en éste 20 de junio, a la memoria de uno de los hombres más grandes que por siempre tendrá la patria, Manuel Belgrano, y celebramos la creación de la bandera nacional, el legado simbólico que nos identifica a los argentinos como nación.

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