Varios

 Claves para comprender la Historia - Horizonte Bicentenario mayo 2010-julio 2016 - Año VI - Nº 30 - febrero de 2014 - ISSN 1842-4125

 

Un volumen reúne por primera vez más de 90 entrevistas del escritor Juan Ramón Jiménez

 

ANDALUCESDIARIO.ES / Madrid/Sevilla / 30 Ene 2014
Juan Ramón Jiménez.Juan Ramón Jiménez.
 

La Fundación José Manuel Lara publica ‘Juan Ramón Jiménez por obra del instante. Entrevistas’, un volumen en el que se recopilan cerca de 90 documentos datados entre 1901 y 1958, entre entrevistas, encuestas y cuestionarios, que fueron publicados una sola vez y de manera dispersa.

De esta manera, se rinde homenaje al autor de Moguer (Huelva) y publica por primera vez, en un único volumen, todas las entrevistas realizadas a Juan Ramón Jiménez, en las que se observa una dimensión para muchos “desconocida” del escritor, según ha explicado este martes su sobrina nieta Carmen Hernández Pinzón en declaraciones a Europa Press.

Portada del libro 'Juan Ramón Jiménez por obra del instante. Entrevistas'.

Portada del libro ‘Juan Ramón Jiménez por obra del instante. Entrevistas’.

“En España existe una leyenda de antipático e irónico. Pero en estas entrevistas se observa un común denominador con todos los periodistas: veían en él a una persona amable y sincera”, indica Hernández. ”Paisaje por paisaje no me interesa, me interesa el ser humano”, indicó el escritor, según recuerda Hernández, quien destaca que esta obra es “un proyecto” del propio Juan Ramón Jiménez, a quien se conoce en profundidad gracias a esta “magnífica” edición, donde el lector puede ver su “evolución”.

“Él consideraba estas entrevistas parte de su obra, porque ahí residía su pensamiento sobre todas las dimensiones: poesía, política y los principios más importantes del ser humano”, ha señalado.

Durante cerca de cuatro años ha trabajado Soledad González Ródenas, autora de la edición, para recopilar todas las entrevistas, algunas de ellas localizadas y otras físicamente en Puerto Rico.

“ESPONTÁNEO Y SINCERO”

“Espontáneo”, “sincero” y “cercano”, Juan Ramón Jiménez opinaba “de todo sin veto ni cortapisa”, lo que pudo generar una imagen poco amable a su alrededor. Sin embargo, Hernández lo recuerda con una visión muy distinta.

“En mi familia era considerado un ser entrañable, era el tío más querido. Es lo que me ha transmitido mi familia. Se volvía loco con los niños, era tierno y delicado. He tenido que conocer la otra faceta porque para mí era completamente diferente”, cuenta. De hecho, según añade, tras su fallecimiento encontraron en Puerto Rico, donde residía, una carpeta con cartas de alrededor de 2.000 personas “de primera fila”, entre ellas filósofos y poetas, lo que demuestra que “no podía ser como lo pintaban”.

El Tiempo y La Creación Maya

 

Claudio Obregón Clairín, México

 

 

Recientemente fui invitado a dictar un ciclo de conferencias sobre la Civilización Maya en la Universidad de Quebec en Montreal y en la Universidad de Montreal, tuve la oportunidad de mostrar dignamente y con sustento epigráfico, antropológico e histórico, algunos pasajes del universo maya. Independientemente del ya clásico tema de las Profecías Mayas, los quebequenses quedaron sorprendidos por el ámbito mitológico de nuestros mayores, sobre todo los asuntos referidos al Tiempo y a la Creación Maya. En este artículo analizaré algunos eventos calendáricos, recreaciones mitológicas de la Cosmogonía Maya y un breve análisis de los discursos de los profetas modernos, tópicos que desarrollé en una de las conferencias que dicté en la Universidad de Quebec en Montreal.

La religión de los mayas históricos fue una religión matemática y esa característica permitió que en sus postulados, "el credo se constatara" a través de cíclicos eventos celestes. Los Dioses fueron considerados entidades divinas, caprichosas, múltiples, violentas y benefactoras, interactuaban con los seres humanos a través de ritos, ceremonias, guerras y montañas mágicas vestidas de rojo, nosotros las hemos nombrado pirámides y en su escritura jeroglífica, los mayas las llamaron Witz. Éstos monumentos fueron vasos comunicantes con "la otredad", tuvieron funciones habitacionales y en ocasiones, también funerarias.

El tiempo entre los mayas tuvo el status de un Dios y más que una obsesión --como la mente cartesiana quiere ubicar—la medida del tiempo entre los mayas fue el factor que dio sentido a su religiosidad, a su cotidiano, a su economía y a su existencia, es por ello que el cómputo del tiempo se siguió a través de varios calendarios, hoy en día es ya célebre la tradición popular que generaliza y determina el hecho de que los mayas tuvieron un calendario, cuando en realidad contaron con varios calendarios.

Con certeza sabemos que medían el tiempo con calendarios cíclicos derivados de observaciones astronómicas y de un imaginario religioso matemático con una base numérica vigesimal y con el número 13 como múltiplo. Los mayas históricos heredaron de los zoques y de los olmecas el calendario que hoy nombramos Tzolk´in que se divide en 20 días y 13 numerales dando un ciclo de 260 días, el calendario solar lo nombramos Haab y se dividía en 18 meses de 20 días dando un total de 360 días a los cuales les anexaban un mes de 5 días para llegar al total de 365.

Según las cuentas matemáticas del Códice Dresde sabemos que contabilizaron los ciclos sinódicos de los planetas Venus y Marte, además de que los textos jeroglíficos de diversas ciudades como Palenque y Bonampak, nos indican que registraban el tránsito celeste de Júpiter y Saturno por lo que podemos afirmar que sus ciclos sinódicos (tiempo que tardan los planetas en dar una vuelta al Sol) formaban otros calendarios; contaron igualmente con un complicado sistema de grandes ciclos que hemos llamado Cuenta Larga y consiste en la suma de 1 872 000 días o 5128 años de 360 días por cada ciclo, en estos momentos vivimos el final del doceavo ciclo de la Cuenta Larga de un total de veinte, inició "convencionalmente" el 13 de agosto de 3113 a.C y concluirá el 23 diciembre de 2012 para dar inicio al treceavo hasta llegar al vigésimo ciclo, para entonces iniciar otra rueda calendárica de 20 ciclos de 1 872 000 días cada uno.

Es una majestuosa patraña la afirmación que postula con sustento mercadotécnico que los mayas previeron el fin del mundo para el 23 diciembre de 2102, basta mencionar que en el Templo de las Inscripciones de Palenque, el ahau (rey maya) K´inich Janahb' Pakal predijo su retorno a la vida terrenal el 22 de Octubre de 4772 d. C., esta fecha es uno de los claros ejemplos que nos afirman con veracidad epigráfica que los mayas nunca previeron que el tiempo se detuviera el 23 diciembre de 2012, además, por si fuera poco, en ningún texto jeroglífico se lee tal afirmación, el fin del mundo previsto por los mayas es el fruto de elucubraciones de profetas modernos como Frank Water, José Argüelles o Fernando Malkún quienes aprovechando el sentido fatalista de Occidente y su agria tendencia por vivir en la simulación, nos ofrecen sus galantes elucubraciones editadas en libros que se venden como hamburguesas en promoción o dictan conferencias y seminarios, atemorizando a la humanidad, especulando sobre los mayas sin referirse a lo que los mayas realmente escribieron. En los textos de los profetas modernos se lee "los mayas dijeron, los mayas predijeron, los mayas sabían..." pero enmudecen cuando se les pregunta sobre las fuentes históricas y epigráficas de sus especulaciones.

Los mayas también midieron los ciclos lunares pero al contrario de lo que afirma el escritor de Ficción Histórica, José Argüelles, "no tuvieron un calendario de 13 lunas ni mucho menos un día fuera del tiempo", su discurso sobre el calendario Tzolk´in publicado en su libro "El Factor Maya", es una verdadera vacilada carente de fundamentos históricos, epigráficos e históricos, simplemente se trata de una invención de su mente mercantilista que ha distorsionado símbolos y ha transfigurado a su conveniencia económica la realidad histórica maya que podemos leer en la escritura jeroglífica. Argüelles elaboró un imaginario religioso ajeno a la historia de los mayas.

 

Robert Lamontagne y Claudio Obrégón en la conferencia de la Universidad de Montreal

En una de las conferencias que dicté en la Universidad de Montreal, tuve el privilegio de ser acompañado por el astrobiólogo Robert Lamontagne (director del observatorio Mont-Megantic de la provincia de Quebec Canadá), juntos analizamos los pormenores de los postulados sobre las catastróficas predicciones astronómicas para el 2012 que el arquitecto colombiano Fernando Malkún escribió en las 7 Profecías Mayas que circulan en Internet. El intercambio de conocimientos que tuve con el científico canadiense, dio pauta a un estudio astronómico que próximamente publicaré en el que también daré cuenta de mi propuesta del desarrollo epigráfico del advenimiento del Dios Bolom Ok Té, quien es nombrado en textos jeroglíficos escritos en los Vasos Ceremoniales Mayas que fueron utilizados para beber Chi’ (una bebida alcohólica elaborada con cacao y maíz) así como en el Monumento 6 de El Tortuguero, éste último texto, descifrado por el maestro Alfonso Arellano.

 

 

En el Vaso Cilíndrico de los 7 Dioses que refiere la Creación Maya --acontecida en el calendario Tzolk´in el 4 Ahau y en el calendario Haab el 8 Kumkú--, el Dios Bolom Ok Té aparece en la obscuridad junto a otros dioses como el Dios Remero Raya y el Dios Remero Jaguar, justo momentos antes de la Creación Humana registrada al inicio del doceavo ciclo de la Cuenta Larga que como apuntaba, ha sido “convencionalmente concebido” el 13 agosto 3113 a.C --sin que podamos afirmar con certeza absoluta que dicha fecha sea correcta--.

 

Los Dioses Mayas --como todos los Dioses creados por los seres humanos--, existieron antes del nacimiento de la humanidad, lo que torna únicos a los Dioses Mayas es que tuvieron fechas de nacimiento y algunos Dioses nacieron después de los seres humanos, lo cual, es realmente extraordinario, leemos en el Templo de las Inscripciones de Palenque, Chiapas, que el Dios Muwaan Mat nació el 2 de Enero de 3120 a.C., la Diosa Garza, el 16 de Noviembre de 3121 a.C. y Venus el 13 de agosto de 2350 a.C.

 

Las fechas de nacimiento de los Dioses Mayas fueron determinantes para la ascensión al trono de los ahauob’ (reyes mayas) y junto a las alineaciones planetarias de Júpiter y Saturno, condicionaron la inauguración y aniversarios de sus monumentos; las apariciones en el horizonte de Venus determinaron sus guerras y así, el engranaje celeste descifrado en calendarios rituales y la medida cíclica del tiempo, otorgaron sentido tanto a su religiosidad como a sus actividades. Los mayas no tuvieron una obsesión por el tiempo, simplemente lo entendieron de manera cíclica, le dieron un sentido divino y constataron sus creencias al contar con una Religión Matemática sustentada en precisas observaciones del tránsito de los astros sobre la bóveda celeste.

 

 

 

 

Templo de las Inscripciones, Palenque, Chiapas

AGN Argentina

En la foto se aprecia el frente de la quinta de Nicolás Rodriguez Peña, ubicada en el solar de la Plaza que hoy lleva su nombre en Buenos Aires, en donde se reunía la "logia Independencia" de la cual era miembro con Juan José Castelli y Manuel Belgrano en 1805. (Documento fotográfico. Inventario 089).

En ésta segunda imágen se observa el proceso de demolición de la quinta Rodríguez Peña, particularmente la imagen refiere al vestíbulo donde se reunía la" logia Indepependencia". Foto año 1905.(Documento fotográfico. Inventario 146171)


 

 

1. México El Día de Muertos en México fue declarado por la Unesco como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad. Es una tradición que ha sobrevivido a través del tiempo y posee una serie de características especiales. Las ofrendas, platillos,  flores de cempaxúchitl y distintas ceremonias,  que se realizan para la llegada de los muertos son algunas actividades que sólo en México se realizan. Su origen se remonta desde la época prehispánica, en la que era común conservar  cráneos como trofeos y mostrarlos en los rituales que simbolizaban la muerte y el renacimiento. Esta tradición se convirtió después en el Día de Muertos. Se conmemoraba el noveno mes del calendario solar mexica, cerca del inicio de agosto.  Las festividades eran presididas por la diosa Mictecacíhuatl, conocida como la “Dama de la Muerte” (actualmente relacionada con “la Catrina”) y esposa de Mictlantecuhtli, señor de la tierra de los muertos. Actualmente, esta fiesta coincide con celebraciones católicas del Día de los Fieles Difuntos y Todos los Santos, comienza el 1 de noviembre con la llegada de los niños fallecidos y  el segundo día con el arribo de los adultos. Es común en esta fecha acudir al panteón a visitar a nuestros muertos, colocar una ofrenda en casa, con la comida que más les gustaba disfrutar en vida. Sus espíritus permanecen estos días con nosotros para después de regresar al más allá. En Oaxaca, Mixquic, Patzcuáro y  otras regiones del país, son reconocidas por sus especiales ceremonias que se realizan en esta fecha, miles de citadinos y turistas acuden a estos lugares a presenciar los festejos de Día de Muertos.

2. Estados Unidos Halloween o Noche de Brujas es una de las fiestas más importantes en Estados Unidos. La Víspera de Todos los Santos tiene sus orígenes en la cultura celtica y arribó al país anglosajón con los primeros inmigrantes irlandeses. Se celebra el 31 de octubre con un trasfondo religioso muy importante, pues se refiere al día en que regresan los muertos de ultratumba.  Para la comunidad cristiana es una festejo demoníaco dedicado a Satanás. El día se asocia con fantasmas,  brujas, monstruos y otros personajes ficticios que se han agregado debido a sus características escalofriantes. El festejo está fuertemente ligado a símbolos como la Jack-o’-lantern y a los colores negro y naranja. Las actividades típicas de Halloween en Estados Unidos son el famoso truco o trato, las fiestas de disfraces, además de las hogueras, la visita de casas encantadas, las bromas, la lectura historias de miedo y las películas de terror.  

3. Irlanda Desde el año 100 d.C se realiza en Irlanda una celebración llamada “Samhain”, la cual dio origen al Halloween actual. El “Samhain” significa final de la cosecha y se sigue llevando a cabo el 31 de octubre, pues era el momento en el que los antiguos celtas almacenaban provisiones y sacrificaban ganado para prepararse para el invierno. Los celtas creían que en la noche que realizaban esta festividad, los espíritus de los muertos volvían a visitar el mundo de los mortales por lo que encendían grandes hogueras para ahuyentar a los malos espíritus. En la actualidad, a esta tradición se le conoce como Halloween y es muy popular entre los irlandeses. Entre los platillos típicos que se preparan en Halloween es un dulce llamado Barm Brack. Dentro de esta golosina se esconde un anillo y una pajita. Cuenta la leyenda que si encuentras el anillo, te casarás pronto, pero por el contrario, si encuentras la pajita, tendrás un próspero año. La bebida tradicional en estas festividades se llama Lamb´s woos y está hecha de manzanas asadas con leche o cerveza.

4. Inglaterra La festividad milenaria de Halloween se celebra en Inglaterra, al igual que en los Estados Unidos, el 31 de octubre. La también llamada “Noche de Todas las Almas” mezcla dos fiestas tradicionales de antaño: el festival de “Samhain” y el Pomona Day. Para festejar, los ingleses preparan platillos como el “Elixir de la Bruja” que está hecho a base de zumo de arándanos, manzana, naranja y uva; “Los Gusanos de Halloween”, preparado con noodles de huevo, y los “Dedos de Brujas”, que son varitas de pollo. También son típicos “Los ojo-bola”, que consisten en unas bolitas a base de chocolate, vainilla y mantequilla de cacahuetes. De postre también se hacen “Esqueletos de galleta” y “Pan de Calabaza”. Los ingleses acostumbran adornar sus casas con figuras de brujas y monstruos espeluznantes.

5. Escocia Escocia es considerada también la cuna del Halloween debido a los tradiciones celtas de las que se origina la celebración, es decir, del Festival de “Samhain”.  El significado literal de la palabra en escocés radica en sus orígenes, Hallow antiguamente significaba Holy, es decir, sagrado, y E’en que quiere decir noche o tarde. Una de las tradiciones que dejaron los celtas en las regiones montañosas de Escocia,  consiste en un ritual en el que los hombres jóvenes traspasan sus granjas al anochecer con antorchas para proteger a su familia de los espíritus malignos que deambulan esa noche. Por su parte, las mujeres pelan una manzana frente a un espejo iluminado por un candelabro, si consiguen hacerlo en una sola tira de cáscara, podrán ver la imagen de su futuro marido en el espejo. También se celebra el 31 de octubre, el día del final de la cosecha.

6. Haití En esta isla caribeña, el 2 de noviembre se festeja el Fet Gede o Día de Todas las Almas. Las calles de Puerto Príncipe se atestan de gente vestida de rojo y negro, los colores de los espíritus de sus antepasados, y se dirigen al cementerio a participar en el rito sagrado. Allí, la multitud se agrupa debajo de la altísima cruz del Barón y de Maman Brigitte. Algunos vierten café y ron al pie de las cruces como ofrenda, otros dejan pan, cacahuetes o maíz. La “Mambo” o sacerdotisa  asesina una gallina en una ceremonia sangrienta que sirve para liberar a los creyentes de influencias malignas. La “Mambo” queda poseída por Maman Brigitte y comienza a predecir los hechos que acontecerán el año próximo. Después empapa con ron la cruz y le prende fuego, cantando y bailando la “Banda”. Los que permanecen conscientes visitan las tumbas de sus amigos y familiares, y les hablan como si pudieran oírle desde sus tumbas.

7. China El festival Ching Ming es para los chinos lo que el Día de Muertos para  los mexicanos.  Durante este día “brillante y resplandeciente”, los descendientes van a visitar la tumba de sus familiares fallecidos. Este festival se celebra la tarde del 4 o 5 de abril en el calendario solar, o el día 106 en el calendario lunar chino. La festividad comienza aproximadamente diez días antes y diez después del Chin Ming, y puede llegar a durar hasta un mes. Los jóvenes tienden a ayudar a sus padres a arreglar y limpiar las tumbas de sus antepasados, colocan velas y remarcan las inscripciones. Después, se reúnen para comer con lo que rinden homenaje a los fallecidos. También se quema dinero como símbolo de prosperidad y, al final, todos se arrodillan para rezar. En Ching Ming, cuelgan en sus puertas unas ramitas de sauce, que es símbolo de luz y enemigo de la oscuridad, para protegerse de los espíritus malignos. Creen que si no lo hacen en su próxima vida volverán convertidos en perros amarillos. Durante las horas de sol los chinos juegan al fútbol, vuelan cometas y apuestan en peleas de gallos y carreras de perros. La tradición exige que no se encienda fuego este día y por esta razón no se puede cocinar, de ahí que realicen “La Fiesta De La Comida Fría”. Los alimentos que se ofrecen a los antepasados en sus tumbas son fríos y con provisiones secas. Se considera símbolo de buena suerte consumir los platos después de la ofrenda. El origen de este festival data del año 600 a.C, cuando Jie Zi Dui salvó la vida de su amo enfermo alimentándolo con carne de su propia pierna. El amo, como agradecimiento, quiso hacerlo ministro. Jie se negó a aceptar el puesto y se fue a vivir a las montañas. Para forzarlo a regresar, el amo de Jie Zi ordenó prender fuego a las montañas, él prefirió morir quemado en vez de regresar. Movido por los remordimientos, el amo ordenó conmemorar el aniversario de la muerte de Jie apagando todos los fuegos.

8. Tailandia En Tailandia se celebra el “Phi Ta Khon”. Consiste en un tipo de procesión con música, canciones y desfile de máscaras. Los jóvenes varones salen del pueblo disfrazados de espíritus y  fantasmas para hacerles bromas a los aldeanos, mientras los monjes recitan la historia de la última reencarnación de Buda. Este festival se celebra el primer día de las fiestas budistas conocido como “Boon Para Wate” y puede ser en mayo, junio o julio. Tiene una duración de tres días; en el primero se disfrazan de monstruos; en el segundo danzan y apagan las antorchas para marcar el final de la procesión; el último día, los pueblerinos se reúnen en el templo Wat Ponchai para oir el mensaje de Buda recitado por los monjes. Durante el segundo día, algunos Phi Ta Khon persiguen a las mujeres con enormes símbolos fálicos de color rojo provocando gritos y risas. Cuando termina el festival, las máscaras se tiran al río Man. El festejo se originó con una leyenda en la que se cuenta que el príncipe Vessandorn en su penúltima vida de Buda , salió de viaje durante tanto tiempo que sus súbditos se olvidaron de él, incluso pensaron que había muerto. Cuando el príncipe regresó, la gente lo celebró con tanto ruido que hasta los espíritus despertaron y se unieron a la fiesta.

9. India El Mahalaya es de gran importancia para la comunidad hindú, pues marca el comienzo de un año lleno de paz. El rito religioso consiste en rezos para invocar a los espíritus pasados. Al inicio de esta ceremonia se adora a las almas y se piden varios deseos para conseguir estar en paz el resto del año. En el día de Mahalaya Amavasya hay una conjunción de la luna y el sol, y durante este periodo los que se han ido para siempre dejan su morada en el hogar de Yama y bajan al mundo de los mortales para ocupar la casa de sus descendientes. La fecha depende de los ciclos y la posición de la luna; en ocasiones es el último día de la primer quincena de septiembre, exactamente cuando hay luna nueva. Los himnos sagrados y mantras retransmitidos en la radio de todo el país son comunes en El día de Mahalaya.  En cada hogar se recitan versos de “Chandipath” sobre la reencarnación de la Diosa Durga. Cuando oscurece, la gente le reza a esta diosa para que ahuyente a los demonios. Algunos también toman un baño sagrado en el río Ganga mientras piden por sus familiares fallecidos. El origen de la celebración, de acuerdo con la mitología hindú, se basa en el héroe de Mahabharata Karna, quien al abandonar su cuerpo mortal se dirigió al cielo. Una vez allí, toda las obras de caridad y limosnas le fueron devueltas. Karna recibió oro y plata, pero no encontró comida porque no la regaló a los necesitados cuando vivía en la Tierra. El héroe le rezó al dios de la muerte, y éste le permitió regresar a la Tierra para reparar su error. Durante ese lapso de tiempo en la Tierra alimentó a los pobres e hizo ofrendas. Cuando volvió al cielo, encontró comida en abundancia para su nueva vida.

10. Corea del Sur El “Taeborum” (Gran Luna) es el día en el que los coreanos rinden homenaje a sus antepasados y alejan al demonio y a la mala suerte. La luna llena indica el inició de la celebración. Al igual que en la tradición cristiana, las familias se reúnen en el cementerio y rezan recordando a sus seres queridos. Los lugareños compiten en una apresurada marcha a la cima de una montaña para contemplar la luna; el primero en llegar es premiado con “buena suerte” para el resto del año. Una vez allí, los campesinos piden deseos y predicen el año observando un círculo de luz. Si es blanco, significa abundantes lluvias; si es roja, anuncia sequía, y si es gris, el hambre castigará a la región. El festejo se realiza quince días después del Año Nuevo chino, es decir, aproximadamente a mediados de febrero o marzo. La fecha también representa también el comienzo de la temporada de labranza. La tradición exige que para empezar el día se deben consumir frutos secos en cantidad equivalente a la edad ya que los ruidosos crujidos asustarán a los espíritus y demonios. Los surcoreanos también deben cruzar un largo puente tantas veces como años tengan para no padecer enfermedades a lo largo del año. El “Okokbap” es la comida típica de este día. Es un plato hecho de arroz cocido con mijo, judías rojas y sazonado con nueve tipos de hierbas, que se acompaña con verduras secas como calabazas, berenjenas y rábanos, entre otros. Se cree que con esta receta la población no sufrirá el fuerte calor por el resto del año. Asimismo, el “Kwibalki sul” es la bebida tradicional, se hace con vino frío para, según la tradición, aguzar el oído y escuchar sólo buenas noticias
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Claves para comprender la Historia - Horizonte Bicentenario Mayo 2010 Julio 2016 -

Año Vº - Nº 29 - Noviembre de 2013 - ISSN 1842-4125 -


 

Dos de las celebraciones más importantes de México se realizan en el mes de noviembre. Según el calendario católico, el día primero está dedicado a Todos los Santos y el día dos a los Fieles Difuntos. En estas dos fechas se llevan a cabo los rituales para rendir culto a los antepasados.

Es el tiempo en que las almas de los parientes fallecidos regresan a casa para convivir con los familiares vivos y para nutrirse de la esencia del alimento que se les ofrece en los altares domésticos.


La celebración del Día de Muertos, como se le conoce popularmente -también conocida como noche de muertos-, se practica a todo lo largo de la República Mexicana. En ella participan tanto las comunidades indígenas, como los grupos mestizos, urbanos y campesinos. En la región lacustre, los poblados en que la festividad ha cobrado más fama, son Pátzcuaro, Tzintzuntzan, Janitzio, Ihuatzio y Zirahuén, entre otros. 


Según la creencia del pueblo, el día primero de noviembre se dedica a los “muertos chiquitos”, es decir, a aquellos que murieron siendo niños; el día dos, a los fallecidos en edad adulta. En algunos lugares del país el 28 de octubre corresponde a las personas que murieron a causa de un accidente. En cambio, el 30 del mismo mes se espera la llegada de las almas de los “limbos” o niños que murieron sin haber recibido el bautizo.

El ritual de Día de Muertos conlleva una enorme trascendencia popular, su celebración comprende muy diversos aspectos, desde los filosóficos hasta los materiales.


La celebración de Todos los Santos y Fieles Difuntos, se ha mezclado con la conmemoración del día de muertos que los indígenas festejan desde los tiempos prehispánicos. Los antiguos mexicanos, o mexicas, mixtecas, texcocanos, zapotecas, tlaxcaltecas, totonacas y otros pueblos originarios de nuestro país, trasladaron la veneración de sus muertos al calendario cristiano.

Antes de la llegada de los españoles, dicha celebración se realizaba en el mes de agosto y coincidía con el final del ciclo agrícola del maíz, calabaza, garbanzo y frijol. Los productos cosechados de la tierra eran parte de la ofrenda. Los Fieles Difuntos, en la tradición occidental es, y ha sido un acto de luto y oración para que descansen en paz los muertos. Y al ser tocada esta fecha por la tradición indígena se ha convertido en fiesta, en carnaval de olores, gustos y amores en el que los vivos y los muertos conviven, se tocan en la remembranza.

El Día de Muertos, como culto popular, es un acto que lo mismo nos lleva al recogimiento que a la oración o a la fiesta; sobre todo esta última en la que la muerte y los muertos deambulan y hacen sentir su presencia cálida entre los vivos. Con nuestros muertos también llega su majestad la Muerte; baja a la tierra y convive con los mexicanos y con las muchas culturas indígenas que hay en nuestra República. Su majestad la Muerte, es tan simple, tan llana y tan etérea que sus huesos y su sonrisa están en nuestro regazo, altar y galería.

Hoy también vemos que el país y su gente se visten de muchos colores para venerar la muerte: el amarillo de la flor de cempasúchil, el blanco del alhelí, el rojo de la flor afelpada llamada pata de león... Es el reflejo del sincretismo de dos culturas: la indígena y la hispana, que se impregnan y crean un nuevo lenguaje y una escenografía de la muerte y de los muertos.

Hay que decir que nuestras celebraciones tienen arraigo y recorren los caminos del campo y la ciudad. Oaxaca, con sus miles de indígenas, es ejemplo claro del culto, gustos culinarios, frutas y sahumerios; los muertos regresan a casa.

En estas fechas se celebra el ritual que reúne a los vivos con sus parientes, los que murieron. Es el tiempo trascendental en que las almas de los muertos tienen permiso para regresar al mundo de los vivos.

Hay que considerar que la celebración de Día de Muertos, sobre todo, es una celebración a la memoria. Los rituales reafirman el tiempo sagrado, el tiempo religioso y este tiempo es un tiempo primordial, es un tiempo de memoria colectiva. El ritual de las ánimas es un acto que privilegia el recuerdo sobre el olvido.

La ofrenda que se presenta los días primero y dos de noviembre constituye un homenaje a un visitante distinguido, pues el pueblo cree sinceramente que el difunto a quien se dedica habrá de venir de ultratumba a disfrutarla. Se compone, entre otras cosas, del típico pan de muerto, calabaza en tacha y platillos de la culinaria mexicana que en vida fueron de la preferencia del difunto. Para hacerla más grata se emplean también ornatos como las flores, papel picado, velas amarillas, calaveras de azúcar, los sahumadores en los que se quema el copal.


Entre los antiguos pueblos nahuas, después de la muerte, el alma viajaba a otros lugares para seguir viviendo. Por ello es que los enterramientos se hacían a veces con las herramientas y vasijas que los difuntos utilizaban en vida, y, según su posición social y política, se les enterraba con sus acompañantes, que podían ser una o varias personas o un perro. El más allá para estas culturas, era trascender la vida para estar en el espacio divinizado, el que habitaban los dioses.

(fuente: www.patzcuaro.com/festividades/dia_muertos.html)

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