José Ingenieros (1877-1925)
Fuente:La evolución de las ideas argentinas, tomo II - La Restauración, Buenos Aires, Talleres gráficos argentinos de L. J. Rosso y cía., 1920.
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Pensamiento de fundar una "Asociación de Mayo"
En 1846 la influencia de los unitarios en la política de Montevideo disminuyó sensiblemente; la administración de Suárez imprimió carácter uruguayo al gobierno de la ciudad sitiada. No eran un misterio los desacuerdos entre orientales y unitarios. Echeverría, amparado por la fiel protección de Lamas, creyó llegada su hora de levantar cabeza. Era tiempo; tenía ya más de cuarenta años.
Concibió, entonces, el plan de organizar un partido político, reconstruyendo la Joven Argentina de 1837 con miras menos vagas, mejor orientación socialista y espíritu más argentino, bajo la denominación de Asociación de Mayo .
Para lanzar su nuevo proyecto, resolvió historiar la iniciativa anterior; aprovechó la oportunidad para maldecir de los unitarios y para dar alguna importancia a su propia biografía política.
En carta del 24 de Diciembre de 1844 a Juan M. Gutiérrez, próximo a salir de Río de Janeiro para Chile, después de alabar ingenuamente su propio genio político y poético, le anuncia el futuro trabajo: "Voy a ocuparme pronto de una mirada retrospectiva sobre el movimiento intelectual en el Plata desde el año 1830 adelante, procurando inventariar lo hecho, para saber dónde estamos y quiénes han sido los operarios. No creo haya otros nombres que los de nuestra gente . Veremos que dirá la otra . Se quedará con la boca abierta. Pondré en seguida de este trabajo el Código (revisto, corregido y aumentado) porque es el resumen de nuestra síntesis socialista. Me falta para esto el discurso que leí cuando se formó la "Asociación" en Buenos Aires, etc [13.] . La otra gente , eran los unitarios.
La Ojeada retrospectiva , más que para agraviar a Rosas, fue escrita por Echeverría para herir a los unitarios que no le admiraban [14.] , sin renunciar a seducirlos si fuese posible. Al mismo tiempo, habiendo pasado sus ideas de Lamennais a Leroux, como las del mismo Lamennais, rehizo la Creencia y la llamó Dogma Socialista , nombre hasta entonces desconocido.
¿Dogma de qué? ¿De la Joven Argentina ? No; de otra cosa, más seria esta vez, verdadero partido político en que cabía un hombre que ya no era joven: la "Asociación de Mayo". La declaración de principios de la Joven Italia , y demás asociaciones similares, estableció que no podrían ingresar a ella las personas que tuvieran cuarenta años de edad; Echeverría no ignoraba que tenía uno más de los reglamentarios. ¿Podía seguir hablando en nombre de la juventud?
De la adaptación de la Ojeada Retrospectiva y la antigua Creencia , totalmente reformada, nació el libro titulado Dogma Socialista de la Asociación de Mayo , publicado por primera vez en Montevideo, 1846, por la impresnta de El Nacional . Las dos partes del título revelan que no es la Creencia de 1837, aunque la Ojeada procura establecer un vínculo de continuidad. En 37 no hubo "Dogma Socialista" ni "Asociación de Mayo", sino "Creencia Social" y "Joven Argentina..."
Su concepto era claro: el mismo enunciado por Alberdi en la última palabra simbólica de la Creencia . "La lógica de nuestra historia, pues, está pidiendo la existencia de un partido nuevo , cuya misión es adoptar lo que haya de legítimo en uno y otro partido, y consagrarse a encontrar la solución pacífica de todos nuestros problemas sociales con la clave de una síntesis alta, más nacional y más completa que la suya, que satisfaciendo las necesidades legítimas las abrece y las funda en su unidad .
"Ese partido nuevo no pueden representarlo sino las generaciones nuevas, y en concepto nuestro, nada útil harán por la patria, malgastarán su actividad sin fruto, si no entran con decisión y perseverancia en la única vía que les señala el rastro mismo de los sucesos de nuestra historia" (pág. 75). Su intención de fundar ese partido, en 1846, está netamente declarada: "hacemos esta publicación... porque hallamos por conveniente reconstruir sobre nueva planta la Asociación, y anudar el hilo de sus trabajos comunes interrumpidos, llamando a todos los patriotas argentinos a fraternizar en un Dogma común". (pág. 93)
Con fecha octubre 1° de 1846 escribe a sus amigos de Chile: "Hemos reconstruido la Asociación con el nombre que ustedes habrán visto", (pág. 457). Esa es la única noticia que tenemos al respecto. ¿Era una información exacta, una anticipación de lo que no ocurrió o un estímulo para provocar lo que deseaba? "Alisten gente por allá: entra en nuestro plan abrir el seno de la Asociación a todo patriota argentino, sea cual fuere su clase y condición: el que no sirve con su cabeza sirve con su brazo. Es necesario formar un partido nuevo , un partido único y nacional, que lleva por bandera la bandera democrática de Mayo, que nosotros hemos levantado: es necesario trabajar en esto con decisión y perseverancia: es la única senda de salvación".
"Hemos resuelto por aquí que para ser miembro de la Asociación basta manifestar de palabra, o por escrito, el deseo de pertenecer a ella, y comprometerse en conciencia a profesar, propagar y defender sus doctrinas: inviten, si es posible, a todos los argentinos que haya por allá." (Pág. 457)
Entre sus amigos de la Joven Argentina , refugiados en los países del Pacífico, no tuvo acogida favorable este proyecto de fundar la Asociación de Mayo . En Montevideo, el Dogma pasó desapercibido, sin más resultado que agriar el irritable ánimo de su autor: "La prensa de Montevideo, representada hoy día exclusivamente por V. [Varela], ha enmudecido: no ha querido, o más bien, ha tenido miedo de recoger el guante. Sin embargo, han desahogado, como antaño, su impotente despecho en los corrillos de bufete. Bien lo prevía yo y se lo dije, como ustedes habrán visto al fin de mi Ojeada retrospectiva . Es preciso concluir de una vez con esta gente, y yo me encargo de hacerles por acá el proceso definitivo. Uno de nuestros grandes errores políticos, y también de todos los patriotas, ha sido aceptar la responsabilidad de los actos del partido unitario y hacer solidaria su causa con la nuestra" (pág. 456). Su candorosa vanidad se desnuda en la misma carta: "Mi obra, mientras tanto, ha sido recibida con el aplauso universal por argentinos y orientales. He dicho el secreto de todos, y todos han aplaudido. Pronto circulará pro Entre Ríos, Corrientes y Buenos Aires, y espero que allí encontrará profundas simpatías. He escrito a Urquiza y a Madariaga, enviándosela: ustedes presumirán con qué fin...", (pág. 457).
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(fuente: http://www.biblioteca.clarin.com/pbda/ensayo/ingenieros/b-279011.htm)
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Claves para compender la Historia - Horizonte BicentenarioMayo 2010 - Julio 2016 - Año Vº - Nº 23 - Junio 2013 - ISSN 1852-4125
El Tango, apunte históricopor J. Alberto Mariñas |
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Es difícil escribir un apunte histórico sobre el tango, pero al mismo tiempo, es muy arduo eludirlo porque son muchos los que a través de estas páginas solicitan, aunque sólo sea, una ligera orientación que les ponga en la pista de este completo fenómeno cultural - baile, música, canción, poesía - que por una u otra razón atrae a tanta gente. Aunque sobre el tango y sus figuras son muchas las cosas que se discuten y ponen en duda, es generalmente aceptado que el tango nace en Buenos Aires a finales del siglo XIX aunque algunos prefieren decir a modo conciliador, que nació a las orillas del Río de la Plata, con el fin de contentar a los uruguayos que reclaman una copaternidad del fenómeno. En un hecho de origen popular como el tango y, por tanto, de nacimiento evolutivo resulta imposible apuntar una fecha de nacimiento. Sin embargo, lo cierto es que la mayoría de los estudiosos coinciden en dar por buena la década de 1880 como el punto de partida de lo que entonces no era más que una determinada manera de bailar la música. La sociedad donde nace el tango escuchaba y bailaba habaneras, polkas, mazurcas y algún vals, por lo que respecta a los blancos, mientras que los negros, un 25% de la población de Buenos Aires en el siglo XIX, se movían al ritmo del candombe, una forma de danza en la que la pareja no se enlazaba y bailaba de una manera más marcada por la percusión que por la melodía. Puerto, 1885 Claves para comprender la historia - Horizonte bicentenario 2010-2016 - Año 2 - N°8 - Mayo de 2010 - ISSN: 1852-4125
Gargaro, Alfredo (1941) Santiago del Estero 1810-1862, Tirada aparte del tomo IX de la Historia de la Nación Argentina, Buenos Aires, Imprenta de la Universidad (Fragmento. Capítulo 1. pp. 6-10) … “En 1810, Santiago del Estero ya no era la capital política y religiosa del Tucumán de la conquista: había quedado, con el andar del tiempo, reducida a un pobre villorio con una escasa población de 4000 a 5000 almas, adormecida a la margen derecha del anchuroso Dulce, donde la fundara Francisco de Aguirre en diciembre de 1553, con su caserío carcomido por el salitre y su alma afiebrada por el intenso calor que la mantenía en el letargo. Madre de pueblos argentinos, vivía en su propia suerte, en una quietud interrumpida de cuando en cuando por pequeñas rencillas lugareñas en lo social, y eh lo político-económico, sólo conmovida por la renovación de sus tenientes gobernadores y cabildantes, con alguno que otro impuesto que apretaban a su vida económica exhausta y enferma. De este modo, Santiago del Estero vivía su propia existencia, deparada más que todo por su medio geográfico que le determinaba un aislamiento de miseria, medio que se adueñara de la voluntad de sus pobladores, reteniendo por lógica consecuencia, todo progreso evolutivo, abriendo en cambio, campo propicio al sometimiento y tiranía. Claves para comprender la historia - Horizonte Bicentenario 2010-2016 - Año 2 | N°8 | Mayo de 2010 - ISSN: 1852-4125
Alén Lascano, Luis Celestino (1992) Historia de Santiago del Estero, Editorial Plus Ultra, Buenos Aires. Fragmento del Capítulo VII “El pronunciamiento de Mayo y Santiago del Estero (pp. 212-214) “Limítrofe con Córdoba, por el camino real hacia el Alto Perú, se hallaba Santiago del Estero, centro neurálgico de las comunicaciones mediterráneas. En la dramática opción, dependía del paso que dieran los santiagueños, el definitivo cauce de la Revolución de Mayo en el interior. Y aquí vino la habilidosa dilación capitular so pretexto del abandono que la mayoría del cuerpo hizo de la ciudad, pues muchos de ellos “se ausentaron a esta jurisdicción en acopio de los recursos para la construcción de las Casas Capitulares”. A falta de sus colegas, el alcalde de primer voto Domingo de Palacio decidió citar a dos testigos para dar fe de ello en el acta respectiva del mismo día 10 y efectuar urgente citación a los miembros antes de adoptar ninguna determinación comprometedora. “La dilación observada no obedecía a ningún móvil antipatriótico sino a la prudencia necesaria en la solución de un problema trascendental”, acota el historiador Gargaro al respecto. Maria Cecilia Rossi © 2024 | Privacy Policy User Login |