Varios

José Ingenieros (1877-1925)
Fuente:La evolución de las ideas argentinas, tomo II - La Restauración, Buenos Aires, Talleres gráficos argentinos de L. J. Rosso y cía., 1920.
----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

 

Pensamiento de fundar una "Asociación de Mayo"

En 1846 la influencia de los unitarios en la política de Montevideo disminuyó sensiblemente; la administración de Suárez imprimió carácter uruguayo al gobierno de la ciudad sitiada. No eran un misterio los desacuerdos entre orientales y unitarios. Echeverría, amparado por la fiel protección de Lamas, creyó llegada su hora de levantar cabeza. Era tiempo; tenía ya más de cuarenta años. 
Concibió, entonces, el plan de organizar un partido político, reconstruyendo la Joven Argentina de 1837 con miras menos vagas, mejor orientación socialista y espíritu más argentino, bajo la denominación de Asociación de Mayo . 
Para lanzar su nuevo proyecto, resolvió historiar la iniciativa anterior; aprovechó la oportunidad para maldecir de los unitarios y para dar alguna importancia a su propia biografía política. 
En carta del 24 de Diciembre de 1844 a Juan M. Gutiérrez, próximo a salir de Río de Janeiro para Chile, después de alabar ingenuamente su propio genio político y poético, le anuncia el futuro trabajo: "Voy a ocuparme pronto de una mirada retrospectiva sobre el movimiento intelectual en el Plata desde el año 1830 adelante, procurando inventariar lo hecho, para saber dónde estamos y quiénes han sido los operarios. No creo haya otros nombres que los de nuestra gente . Veremos que dirá la otra . Se quedará con la boca abierta. Pondré en seguida de este trabajo el Código (revisto, corregido y aumentado) porque es el resumen de nuestra síntesis socialista. Me falta para esto el discurso que leí cuando se formó la "Asociación" en Buenos Aires, etc [13.] . La otra gente , eran los unitarios. 
La Ojeada retrospectiva , más que para agraviar a Rosas, fue escrita por Echeverría para herir a los unitarios que no le admiraban [14.] , sin renunciar a seducirlos si fuese posible. Al mismo tiempo, habiendo pasado sus ideas de Lamennais a Leroux, como las del mismo Lamennais, rehizo la Creencia y la llamó Dogma Socialista , nombre hasta entonces desconocido. 
¿Dogma de qué? ¿De la Joven Argentina ? No; de otra cosa, más seria esta vez, verdadero partido político en que cabía un hombre que ya no era joven: la "Asociación de Mayo". La declaración de principios de la Joven Italia , y demás asociaciones similares, estableció que no podrían ingresar a ella las personas que tuvieran cuarenta años de edad; Echeverría no ignoraba que tenía uno más de los reglamentarios. ¿Podía seguir hablando en nombre de la juventud? 
De la adaptación de la Ojeada Retrospectiva y la antigua Creencia , totalmente reformada, nació el libro titulado Dogma Socialista de la Asociación de Mayo , publicado por primera vez en Montevideo, 1846, por la impresnta de El Nacional . Las dos partes del título revelan que no es la Creencia de 1837, aunque la Ojeada procura establecer un vínculo de continuidad. En 37 no hubo "Dogma Socialista" ni "Asociación de Mayo", sino "Creencia Social" y "Joven Argentina..." 
Su concepto era claro: el mismo enunciado por Alberdi en la última palabra simbólica de la Creencia . "La lógica de nuestra historia, pues, está pidiendo la existencia de un partido nuevo , cuya misión es adoptar lo que haya de legítimo en uno y otro partido, y consagrarse a encontrar la solución pacífica de todos nuestros problemas sociales con la clave de una síntesis alta, más nacional y más completa que la suya, que satisfaciendo las necesidades legítimas las abrece y las funda en su unidad . 
"Ese partido nuevo no pueden representarlo sino las generaciones nuevas, y en concepto nuestro, nada útil harán por la patria, malgastarán su actividad sin fruto, si no entran con decisión y perseverancia en la única vía que les señala el rastro mismo de los sucesos de nuestra historia" (pág. 75). Su intención de fundar ese partido, en 1846, está netamente declarada: "hacemos esta publicación... porque hallamos por conveniente reconstruir sobre nueva planta la Asociación, y anudar el hilo de sus trabajos comunes interrumpidos, llamando a todos los patriotas argentinos a fraternizar en un Dogma común". (pág. 93) 
Con fecha octubre 1° de 1846 escribe a sus amigos de Chile: "Hemos reconstruido la Asociación con el nombre que ustedes habrán visto", (pág. 457). Esa es la única noticia que tenemos al respecto. ¿Era una información exacta, una anticipación de lo que no ocurrió o un estímulo para provocar lo que deseaba? "Alisten gente por allá: entra en nuestro plan abrir el seno de la Asociación a todo patriota argentino, sea cual fuere su clase y condición: el que no sirve con su cabeza sirve con su brazo. Es necesario formar un partido nuevo , un partido único y nacional, que lleva por bandera la bandera democrática de Mayo, que nosotros hemos levantado: es necesario trabajar en esto con decisión y perseverancia: es la única senda de salvación". 
"Hemos resuelto por aquí que para ser miembro de la Asociación basta manifestar de palabra, o por escrito, el deseo de pertenecer a ella, y comprometerse en conciencia a profesar, propagar y defender sus doctrinas: inviten, si es posible, a todos los argentinos que haya por allá." (Pág. 457) 
Entre sus amigos de la Joven Argentina , refugiados en los países del Pacífico, no tuvo acogida favorable este proyecto de fundar la Asociación de Mayo . En Montevideo, el Dogma pasó desapercibido, sin más resultado que agriar el irritable ánimo de su autor: "La prensa de Montevideo, representada hoy día exclusivamente por V. [Varela], ha enmudecido: no ha querido, o más bien, ha tenido miedo de recoger el guante. Sin embargo, han desahogado, como antaño, su impotente despecho en los corrillos de bufete. Bien lo prevía yo y se lo dije, como ustedes habrán visto al fin de mi Ojeada retrospectiva . Es preciso concluir de una vez con esta gente, y yo me encargo de hacerles por acá el proceso definitivo. Uno de nuestros grandes errores políticos, y también de todos los patriotas, ha sido aceptar la responsabilidad de los actos del partido unitario y hacer solidaria su causa con la nuestra" (pág. 456). Su candorosa vanidad se desnuda en la misma carta: "Mi obra, mientras tanto, ha sido recibida con el aplauso universal por argentinos y orientales. He dicho el secreto de todos, y todos han aplaudido. Pronto circulará pro Entre Ríos, Corrientes y Buenos Aires, y espero que allí encontrará profundas simpatías. He escrito a Urquiza y a Madariaga, enviándosela: ustedes presumirán con qué fin...", (pág. 457).

---------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

(fuente: http://www.biblioteca.clarin.com/pbda/ensayo/ingenieros/b-279011.htm)

Esteban Echeverría

Dogma Socialista de la Asociación de Mayo

(fuente: http://www.bn.gov.ar/abanico/A81106/echeverria-dogma.html)


 

José Esteban Echeverría (Buenos Aires, 1805 - Montevideo, 1851), escritor argentino, figura emblemática del romanticismo argentino e hispanoamericano. Hijo de español y criolla, quedó huérfano de padre a temprana edad. Estudió en el Colegio de Ciencias Morales hasta 1823, cuando lo abandonó para dedicarse al comercio.

Entre los años 1826 y 1830, el joven Echeverría, becado por el gobierno de Rivadavia para formarse profesionalmente en París, tuvo la oportunidad de observar de cerca el auge del movimiento romántico francés. Las notas salientes del romanticismo, como la exaltación del color local, el estudio de la historia nacional o la búsqueda de un lenguaje propio como elemento diferenciador de una cultura, no dejaron de llamar la atención de Echeverría, quien las vio como un catálogo de principios susceptibles de ser trasladados a la nueva realidad americana. En efecto, tales principios estéticos y filosóficos parecían adecuarse a la perfección a los ideales de la Revolución de 1810.

Ya en Buenos Aires y con Rosas en el gobierno, Echeverría publicó de manera anónima, en 1832,Elvira o la novia del Plata. Considerada como la primera obra romántica de la América de habla castellana y una de las primeras de la lengua, en ella se perciben algunas marcas del nuevo ideario estético. La importancia de esta obra, así como la de sus siguientes libros (Los consuelos, 1834, y Rimas, 1837, que contiene el célebre poema La cautiva), reside más en sus temas y en la oportunidad de su tratamiento que en la calidad literaria de sus versos. La cautiva es un extenso poema dividido en nueve partes y un epílogo; cuenta la historia del trágico destino de Brian, un soldado prisionero de los indios, y de María, su mujer, cautiva en la misma toldería. Pero no son las alternativas de su fuga penosa y fracasada lo que importa del poema, sino la incorporación del paisaje nacional (en este caso, el desierto argentino), el desarrollo de una temática local (las tolderías, los malones, los cautivos) y la utilización de algunas acepciones particulares del castellano hablado en la Argentina de la época.

Algunos de los cantos de La cautiva fueron leídos, en el mismo año de su publicación, en el Salón Literario que dirigía Marcos Sastre (1809-1887). En efecto, en la Librería Argentina, propiedad de Sastre, se desarrolló en 1837 una serie de reuniones, convocadas por Echeverría, para exponer y discutir temas de índole política y literaria. Juan Bautista Alberdi, Juan María Gutiérrez, Sastre y Echeverría fueron los más destacados y entusiastas miembros del Salón.

El progresivo cariz político de la actividad del Salón provocó su clausura por parte del gobierno de Juan Manuel de Rosas. Pero algunos de los contertulios siguieron reuniéndose en la clandestinidad, y en ese marco, en junio de 1838, fue fundada la Asociación de Mayo, para la que Echeverría redactó las Palabras simbólicas, también conocidas como Credo o Creencia de la Joven Argentina. Se trata en realidad de un listado de quince enunciados que resumen el espíritu de la nueva generación; fueron aprobadas en agosto de ese mismo año, cuando la policía del gobierno de Rosas ya había descubierto la actividad clandestina de la Asociación de Mayo.

El primero de enero de 1839, ya exiliado en Montevideo, Juan Bautista Alberdi publicó el Credo de Echeverría en el periódico El Iniciador, bajo el título de Código o declaración de los principios que constituyen la creencia social de la República Argentina. Ese mismo año se recrudeció la represión del gobierno de Rosas para con sus opositores políticos, lo cual obligó a casi todos los miembros de la Asociación a emprender el camino del destierro: Gutiérrez y Alberdi se marcharon a Montevideo, y Echeverría a Colonia primero y a Montevideo después, donde moriría años más tarde.

En 1846, Echeverría publicó en esa ciudad el Dogma socialista, desarrollo doctrinario de las quince palabras del Credo. Su contenido se vincula al ideario demócrata liberal, por lo que la palabra "socialista" del título debe entenderse en el sentido de "social". También el célebre relato El matadero, de Echeverría (escrito entre 1838 y 1840, pero inédito hasta 1871, cuando Gutiérrez lo publicó en La Revista del Río de la Plata), debe ser visto en esta perspectiva, ya que a pesar de su consistente realismo es una alegoría sobre la violencia larvada en todos los niveles de la sociedad bonaerense de entonces.

 

El Dogma socialista, Editorial Del Nuevo Extremo, Buenos Aires, 2010.

Damos todas las piezas de este escrito, porque sin ellas no se comprendería bien su origen, ni su primitiva tendencia. Hemos variado su título, suprimido algo superfluo, y anotado las citas que recordamos, y no trajo por olvido el manuscrito de la primera edición. Conocemos toda su imperfección; pero pareciéndonos que basta al objeto que nos proponemos al publicarlo, excusamos entrar en la tarea de mejorarlo, y desfigurarlo tal vez, de modo que ya no fuese el mismo del año 37; además, hemos escrito lo anterior con la mira de completarlo.

Conserva, por lo mismo, este escrito su carácter de provisorio, en todo aquello que no es fundamental como principio, porque en nada ha variado la situación de nuestro país; y porque progresistas en política como en todo, nunca fue nuestro ánimo aferramos en un sistema exclusivo, y condenarnos a la inmovilidad, o lo que es lo mismo, a la muerte, cuando todo se moviese y aspirase a progresar en rededor nuestro.

Tal es nuestro liberalismo a este respecto, que si mañana cualquiera proclamase una doctrina social mejor que la nuestra, o que revelase inteligencia más completa de la vida y necesidades de nuestro país, no tendríamos embarazo alguno en adoptarla y preconizarla con igual empeño; porque pensamos que tratándose de la Patria, debe sacrificarse hasta el amor propio.

Hacemos esta declaración, para que no se nos atribuyan las exclusivas y estrechas miras que caracterizan a los partidos de nuestro país, las que nos hemos tomado la libertad de atacar con algún calor, por considerarlas perjudiciales al desarrollo libre de la actividad individual y social, porque no somos secuaces de hombres, sino de doctrinas.

Mucho tiempo hace que andamos como todos en busca de una luz de criterio socialista, y mientras no nos hagan otros esa revelación, debe sernos permitido tomar por guía la que hemos columbrado y decir nuestro pensamiento en voz alta.

Todos los partidos desde el principio de la revolución han gritado, y se han hecho la guerra a nombre de la libertad; Rosas, Oribe y muchos de sus antagonistas vociferan también libertad; pero ¿qué es la libertad? La libertad soy yo, contestarán. Cada uno ha llamado libertad, decía Montesquieu, al gobierno más conforme a sus inclinaciones.

Nosotros decimos desde el año 37: MayoProgresoDemocracia, y explicamos esa fórmula. Si hay bandera más alta y legítima que la nuestra, que se levante y flamee ufana: la saludaremos y aclamaremos como la bandera regeneradora de la Patria.

Pediremos, por último, excusa a los entendidos por las repeticiones que pueda haber en éste y el anterior escrito; no hemos tenido tiempo de revisarlos y confrontarlos, ni tampoco voluntad; porque pensamos que nunca está de más repetir las cosas entre nosotros.

Agosto de 1846

 

A LA JUVENTUD ARGENTINA 
Y A TODOS LOS DIGNOS HIJOS DE LA PATRIA

 

1. Los Tiranos han sembrado la cizaña y erigido su trono de iniquidad sobre los escombros de la anarquía

2. No hay para nosotros ley, ni derechos, ni patria, ni libertad.

3. Errantes y proscriptos andamos como la prole de Israel en busca de la tierra prometida.

4. He aquí la herencia que nos ha cabido en suerte: oscuridad, humillación, servidumbre; tal es el patrimonio que nos ha legado la revolución, y el fruto de la sangre y de los sacrificios de nuestros heroicos padres.

5. Raza de maldición, parecemos destinados por una ley injusta a sufrir el castigo de los crímenes y errores de la generación que nos dio el ser.

6. Nuestro suplicio es el suplicio de Tántalo: deseamos y no podemos satisfacer, ambicionamos y no podemos realizar: nuestro amor a la libertad es una quimera, nuestros votos por la patria ineficaces.

7. Estamos en la edad y nos sentimos con fuerza bastante para vestir la toga viril, y la estupidez triunfante nos lo veda: queremos hablar para quejarnos y se nos pone mordaza.

8. Infantes, al estruendo del cañón vimos en sueño una patria, y despertando adultos, encontramos en lugar suyo un desierto sembrado de cadáveres y ruinas y llameando sobre ellas un pendón ensangrentado y fratricida.

9. Allí bajo su sombra está sentado el Despotismo, mudo y en perpetua adoración de sí mismo, y en rededor suyo chilla y clamorea la ciega muchedumbre como en torno al ídolo de Baal los israelitas ilusos.

10. "He aquí mi patria, exclama; he aquí el Dios tutelar de los argentinos; llegaos y adoradle; prosternaos humildes al pie de su excelso trono y os colmará de bendiciones; adoradle o seréis malditos; la venganza y la ignominia caerán sobre vosotros".

11. Así hablan a sus hermanos: "creed o seréis exterminados". El egoísmo encarnado es su Dios y le han formado altar de sus corazones inmundos.

12. Miserables de vosotros que más estúpidos que las bestias os prosternáis ante el ídolo monstruoso.

13. Miserables de aquellos que vacilan cuando la tiranía se ceba en las entrañas de la patria.

14. Miserables de los que, riendo de sus clamores, van a ofrecerlos en holocausto a la inicua ambición de los tiranos.

15. Para ellos es la ignominia, para ellos la esclavitud, para ellos el oprobio y el inexorable anatema de las generaciones.

16. Y qué, ¿iremos nosotros?, ¿irán los hijos de los héroes de Mayo y Julio?, ¿irá la generación de los gigantes a unirse al coro de los idólatras perjuros que no tienen más Dios que el egoísmo, más patria que sus mezquinas ambiciones, más idea de la dignidad del hombre que de la dignidad de los brutos?

17. ¡Qué dirían allá en sus tumbas ignoradas los ilustres mártires de la independencia americana!

18. Oíd, oíd el grito de ellos: oíd el clamor de su sangre inmaculada.

19. "Nuestra misión fue daros independencia y dejaros en herencia una patria".

20. "¿Qué habéis hecho de ella? La habéis puesto en almoneda; la habéis, como a una ramera, vendido y prostituido a los tiranos; la habéis escarnecido a los ojos del mundo; la habéis puesto como algo vil en la lengua de los maldicientes; y ahora que veis ajado su decoro, marchito su frescor y lozanía la desecháis y la repudiáis como a una prostituta".

21. "Alzaos, alzaos, patriotas argentinos, jóvenes hijos de los padres de la patria, acudid; que nuestras esperanzas noquedenburladas".

22. "¿Dejaréis también en herencia a vuestros hijos oprobio y servidumbre?".

23. "Romped esas cadenas que os oprimen; uníos con vínculo indisoluble y abrid el santuario de vuestros corazones a la patria que se acoge a vosotros".

24. "Fraternizad y obrad; no caigáis en el error de vuestros padres. Nosotros nos perdimos porque gritamos libertad, libertad, y no fuimos hermanos; la desunión inutilizó todos nuestros sacrificios".

25. "Los egoístas ambiciosos la atizaron para recoger el fruto de nuestro sudor, y la patria agoniza en sus impuras manos".

26. "Los esclavos, o los hombres sometidos al poder absoluto, no tienen patria; porque la patria no se vincula en la tierra natal, sino en el libre ejercicio y pleno goce de los derechos de ciudadano".

27. "Vosotros no tenéis patria; sólo el ciudadano tiene patria: la ley se la da y la tiranía se la quita. Una turba de esclavos vendió la vuestra, pero no ha podido vender vuestros nobles corazones".

28. "Alzaos, dignos hijos de los padres de la patria y marchad unidos hacia la conquista de la libertad y de los gloriosos destinos de la Nación Argentina".

29. "En la unión está la fuerza; el reino dividido perecerá, dijo el Salvador del mundo".

30. "Asociarse, mancomunar su inteligencia y sus brazos para resistir a la opresión, es el único medio de llegar un día a constituir la patria".

31. "Uníos y marchad: vuestra misión es grande y tan grande como la nuestra".

32. "No os arredre el temor, ni os amilanen los peligros: acordaos que vuestros hermanos también están oprimidos. Vuestra libertad y la suya no la recobraréis sino con sangre. Del coraje es el triunfo; del patriotismo el galardón; de la prudencia el acierto".

33. "Acordaos que la virtud es la acción, y que todo pensamiento que no se realiza, es una quimera indigna del hombre".

34. "Estad siempre preparados, porque el tiempo de la cruzada de emancipación se acerca. El reino de la verdad no vendrá sino con guerra".

35. "La que os espera será cruda; pero triunfaréis con la ayuda de Dios y de vuestra constancia y fortaleza".

36. "Caed mil veces; pero levantaos otras tantas. La libertad, como el gigante de la fábula, recobra en cada caída nuevo espíritu y pujanza: las tempestades la agrandan y el martirio la diviniza".

37. "La que vosotros conquistéis será la libertad de medio mundo: trabajando por la emancipación de vuestra patria, trabajáis por la emancipación del genio americano".

38. "La iniciativa os pertenece, como tocó a vuestros padres la iniciativa de la Independencia americana".

39. "No, cuando de Oriente a Occidente, del Septentrión al Mediodía, todos los pueblos del universo se mueven y caminan como impelidos por una fuerza oculta hacia la conquista de su engrandecimiento y bienestar, permanezcáis estacionarios".

40. "No os echéis a dormir bajo la tienda que vuestros padres levantaron; porque en ella se alberga la tristeza, y la tiranía acecha vuestro reposo".

41. "El mundo marcha: marchad con él si queréis elevaros a la dignidad de hombres libres".

42. "Pero, acordaos que para triunfar necesitáis uniros; y que sólo con el concurso armónico de todas vuestras fuerzas, lograréis desempeñar vuestra misión y encaminar vuestra patria al rango de Nación libre, independiente y poderosa".
 

* * *

He aquí el mandato de Dios, he aquí el clamor de la patria, he aquí el sagrado juramento de la Joven Generación.

Al que adultere con la corrupción: anatema.

Al que incense la tiranía, o se venda a su oro: anatema.

Al que traicione los principios de la libertad, del honor y del patriotismo: anatema.

Al cobarde, al egoísta, al perjuro: anatema.

Al que vacile en el día grande de los hijos de la patria: anatema.

Al que mire atrás y sonría cuando suene la trompeta de la regeneración de la patria: anatema.

He aquí el voto de la nueva generación, y de las generaciones que vendrán.

Gloria a los que no se desalientan en los conflictos, y tienen confianza en su fortaleza: de ellos será la victoria.

Gloria a los que no desesperan, tienen fe en el porvenir y en el progreso de la humanidad: de ellos será el galardón.

Gloria a los que trabajen tenazmente por hacerse dignos hijos de la patria: de ellos serán las bendiciones de la posteridad.

Gloria a los que no transigen con ninguna especie de tiranía, y sienten latir en su pecho un corazón puro, libre y arrogante.

Gloria a la Juventud argentina que ambiciona emular las virtudes, y realizar el gran pensamiento de los heroicos padres de la patria: gloria por siempre y prosperidad.

[Buenos Aires, agosto de 1837]

 

 

 

Claves para compender la Historia - Horizonte BicentenarioMayo 2010 - Julio 2016 - Año Vº - Nº 23 - Junio 2013 - ISSN 1852-4125

El Tango, apunte histórico

por J. Alberto Mariñas 

Es difícil escribir un apunte histórico sobre el tango, pero al mismo tiempo, es muy arduo eludirlo porque son muchos los que a través de estas páginas solicitan, aunque sólo sea, una ligera orientación que les ponga en la pista de este completo fenómeno cultural - baile, música, canción, poesía - que por una u otra razón atrae a tanta gente. 
Aunque sobre el tango y sus figuras son muchas las cosas que se discuten y ponen en duda, es generalmente aceptado que el tango nace en Buenos Aires a finales del siglo XIX aunque algunos prefieren decir a modo conciliador, que nació a las orillas del Río de la Plata, con el fin de contentar a los uruguayos que reclaman una copaternidad del fenómeno.

En un hecho de origen popular como el tango y, por tanto, de nacimiento evolutivo resulta imposible apuntar una fecha de nacimiento. Sin embargo, lo cierto es que la mayoría de los estudiosos coinciden en dar por buena la década de 1880 como el punto de partida de lo que entonces no era más que una determinada manera de bailar la música. La sociedad donde nace el tango escuchaba y bailaba habaneras, polkas, mazurcas y algún vals, por lo que respecta a los blancos, mientras que los negros, un 25% de la población de Buenos Aires en el siglo XIX, se movían al ritmo del candombe, una forma de danza en la que la pareja no se enlazaba y bailaba de una manera más marcada por la percusión que por la melodía.
Buenos Aires puerto  

Puerto, 1885

Claves para comprender la historia - Horizonte bicentenario 2010-2016 - Año 2 - N°8 - Mayo de 2010 - ISSN: 1852-4125

 


 

Gargaro, Alfredo (1941) Santiago del Estero 1810-1862, Tirada aparte del tomo IX de la Historia de la Nación Argentina, Buenos Aires, Imprenta de la Universidad

 (Fragmento. Capítulo 1. pp. 6-10)

Antiguo cabildo de Santiago del Estero… “En 1810, Santiago del Estero ya no era la capital política y religiosa del Tucumán de la conquista: había quedado, con el andar del tiempo, reducida a un pobre villorio con una escasa población de 4000 a 5000 almas, adormecida a la margen derecha del anchuroso Dulce, donde la fundara Francisco de Aguirre en diciembre de 1553, con su caserío carcomido por el salitre y su alma afiebrada por el intenso calor que la mantenía en el letargo.

Madre de pueblos argentinos, vivía en su propia suerte, en una quietud interrumpida de cuando en cuando por pequeñas rencillas lugareñas en lo social, y eh lo político-económico, sólo conmovida por la renovación de sus tenientes gobernadores y cabildantes, con alguno que otro impuesto que apretaban a su vida económica exhausta y enferma. De este modo, Santiago del Estero vivía su propia existencia, deparada más que todo por su medio geográfico que le determinaba un aislamiento de miseria, medio que se adueñara de la voluntad de sus pobladores, reteniendo por lógica consecuencia, todo progreso evolutivo, abriendo en cambio, campo propicio al sometimiento y tiranía.

Claves para comprender la historia - Horizonte Bicentenario 2010-2016 - Año 2 | N°8 | Mayo de 2010 - ISSN: 1852-4125


 

Alén Lascano, Luis Celestino (1992) Historia de Santiago del Estero, Editorial Plus Ultra, Buenos Aires.

Fragmento del Capítulo VII

“El pronunciamiento de Mayo y Santiago del Estero (pp. 212-214)

“Limítrofe con Córdoba, por el camino real hacia el Alto Perú, se hallaba Santiago del Estero, centro neurálgico de las comunicaciones mediterráneas. En la dramática opción, dependía del paso que dieran los santiagueños, el definitivo cauce de la Revolución de Mayo en el interior. Y aquí vino la habilidosa dilación capitular so pretexto del abandono que la mayoría del cuerpo hizo de la ciudad, pues muchos de ellos “se ausentaron a esta jurisdicción en acopio de los recursos para la construcción de las Casas Capitulares”. A falta de sus colegas, el alcalde de primer voto Domingo de Palacio decidió citar a dos testigos para dar fe de ello en el acta respectiva del mismo día 10 y efectuar urgente citación a los miembros antes de adoptar ninguna determinación comprometedora. “La dilación observada no obedecía a ningún móvil antipatriótico sino a la prudencia necesaria en la solución de un problema trascendental”, acota el historiador Gargaro al respecto.

Página 9 de 9

User Login