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Considerado como uno de los precursores de la pintura moderna en Argentina, Ramón Gómez Cornet nació en Santiago del Estero, el 1 de marzo de 1898. 
Inició sus estudios plásticos en la Academia de Bellas Artes Dr. Figueroa Alcorta de Córdoba. En 1915 viajó a Europa y se perfeccionó en el taller Libre Ars de Barcelona y en la Academia Ranson de París. Recorrió varios países, estudiando la obra de artistas renacentistas y primitivos. Al mismo tiempo, se conectó con los movimientos vanguardistas. En 1916 llevó a cabo su primera muestra individual, en España. En 1921 expuso en el salón Chandler de Buenos Aires, una serie de cabezas con ojos ciegos, cuyas características señalaron las influencias del Cubismo y del Fauvismo. Algo que se percibió como totalmente inédito para el ámbito cultural porteño de la época, preparando el camino para la propagación de nuevos lenguajes en este medio.
Alrededor de 1925 regresó definitivamente a la Argentina. Más tarde, su pintura derivó hacia una figuración con influencias de la escuela metafísica italiana. Período que culminó con el Muñeco metafísico de 1929, hoy propiedad del MPBALP. 
La crisis política y económica argentina de fines de la década del 20 y principios de 1930 influyó notablemente en los lenguajes plásticos de los artistas más comprometidos con los temas sociales. En ese contexto, Gómez Cornet cambió el rumbo de su proyecto estético. Radicado en su tierra natal, enfatizó su posición frente al problema de la identidad, asunto que ha atravesado el arte argentino desde finales de siglo XIX. Desde entonces tomó un profundo contacto con su origen y la gente del norte, siendo los escenarios y personajes provincianos el tema casi exclusivo en sus cuadros, grabados y dibujos. No obstante, esa elección no condujo al artista hacia una pintura pintoresquista ya que la reflexión sobre el lenguaje pictórico y sus concepciones plásticas lo mantuvieron en la línea del modernismo.
Muchachos santiagueños es una obra representativa de esa etapa, en la que el autor se dedicó a los tipos rurales. En este caso, se trata de una pareja de niños envueltos en una atmósfera de acentuado abatimiento y desánimo. La búsqueda formal de orden y equilibrio llevada a cabo por Gómez Cornet se evidencia en la austeridad general de la composición y en la geometría que da corporeidad a los personajes. Los volúmenes, modelados por una paleta de colores primarios y tierras, materializan el espacio. Asimismo, en esta tela superadora de toda intención anecdótica, el artista exalta la melancolía de las miradas. Allí, es donde se encuentra la carga expresiva, generadora de un clima de quietud e intimismo, característico de ese período de producción. 
Entre otras actividades, en 1943 creó el Museo de Bellas Artes de Santiago del Estero, que hoy lleva su nombre. 
Realizó numerosas exposiciones individuales y colectivas tanto en el país como en el exterior. Mostró su producción en España, Francia y Estados Unidos. 
Algunas de las distinciones obtenidas fueron: Primer Premio de Pintura, Salón Nacional de Bellas Artes, Buenos Aires 1937, Premio Arte Clásico 1939, otorgado por única vez en el país, y Gran Premio de Pintura, Salón Nacional de Bellas Artes, Buenos Aires 1949.
Falleció en Buenos Aires, el 9 de abril de 1964.

http://www.museocastagnino.org.ar/coleccion/gomezcornet.html 

Publicación de la ciudad de La Plata - http://www.todoprovincial.com.ar/tp2013/

 

Arqueólogos de la UNLP encontraron a Esteco, "la ciudad perdida"

 
La historia de EstecoLa historia de EstecoTP.
 
Aseguran que se trata del descrubrimiento arqueológico más importante de los últimos 200 años. Esteco fue descubierta en territorio salteño por un equipo de arqueólogos de la Universidad Nacional de La Plata, con lo que se devela todo un misterio para los historiadores, ya que se decía que esta ciudad era sólo un mito, y hasta se la llegó a negar.
Había sido construida en 1609 y fue destruida por un terremoto ocurrido el 13 de septiembre de 1692, suceso que dio origen al culto del Señor y la Virgen del Milagro. Además de convertirse en una leyenda, su emplazamiento se había vuelto un misterio para los historiadores. Los estudios preliminares y las excavaciones fueron realizadas por el equipo de expertos del etnólogo e investigador principal del CENEXA y del CONICET-UNLP, Alfredo Tomasini, en estrecha vinculación con la Dirección de Patrimonio Cultural de Santiago del Estero. "Pese a que en las ruinas no queda un solo ladrillo en pie, quienes viven en la zona afirman que aún suenan las campanas de las iglesias y que, en ocasiones, todavía se escucha el canto de los gallos al amanecer", aseguró Tomasini y agregó: "Todos coinciden en señalar que cuando se recorren las ruinas se oyen los ruidos de un perro que ladra y jadea, pero jamás se deja ver."

La noticia fue confirmada al diario santiagueño El Liberal por el director de Patrimonio Cultural de la provincia de Santiago del Estero, Marcelo Ahumada, quien calificó al hecho como “el descubrimiento arqueológico colonial más importante de los últimos 150 ó 200 años”.

LA HISTORIA DE LAS TRES ESTECOS

La historia de Esteco comienza en junio de 1566, cuando el gobernador de Tucumán, Francisco de Aguirre, partió con un grupo de soldados para fundar Córdoba. Pero, en el camino, las tropas se sublevaron. Mandaron a Aguirre enjaulado a Charcas, en la actual Bolivia, y fundaron un poblado, aunque sin respetar las leyes de la época. Lo llamaron Cáceres, que era la procedencia de uno de los cabecillas de la revuelta.  Al año siguiente, la Audiencia de Charcas, mandó a refundar la ciudad, pero con todas las de la ley, explicó Tomasini. Le pusieron Nuestra Señora de Talavera, aunque siempre se la conoció como Esteco."

Lo que comenzó como un caserío no tardó en crecer. Se hizo ciudad. Pocos años después, Esteco tenía un hospital y tres iglesias: una parroquia, un convento de padres mercedarios y uno de franciscanos. Incluso, el único cirujano de la gobernación de Tucumán vivía allí y también el que quizás haya sido el primer artista pintor que habitó nuestro país, llamado Rodrigo Sas. Gran parte del progreso de Esteco se debió a su ubicación. La ciudad a orillas del Salado era paso obligado para todos los que iban desde el Norte hacia el Sur. Mientras, en sus tierras crecía maíz, trigo, cebada y legumbres. También había viñedos y algodonales. La principal fuerza de trabajo eran los indios encomendados a los españoles para ser convertidos a la fe cristiana, que en realidad eran tratados como esclavos. Pero la naturaleza le jugó una mala pasada a Esteco: el río Salado comenzó a desplazarse hacia el Oeste y hubo que hacer una acequia.

Además, el suelo extremadamente salitroso dificultaba el mantenimiento de las paredes de las casas, que eran de adobe y se desmoronaban una y otra vez. Nuevamente eran los indios los que cargaban con la peor parte del trabajo. "La mortalidad de indígenas fue tan grande que desde España se emitió una cédula real, pidiendo explicaciones por el maltrato", recordó el etnógrafo. No se sabe con exactitud la razón, pero en 1592 se decidió el traslado de Esteco a otro sitio, unos 25 kilómetros hacia el Oeste. El nombre de la flamante ciudad, Villa de la Nueva Madrid, aunque se la conoció como Esteco también. "No fue un intento exitoso, porque mucha gente prefirió quedarse en la primera Esteco que, para ese entonces, entraba en decadencia. Incluso los caminos que conectaban ciudades importantes ahora pasaban por el nuevo poblado", continuó el investigador, que trabaja en el Museo de Ciencias Naturales de La Plata.

En 1609 se fundó una tercera ciudad, frente a la segunda. La intención fue concentrar allí a los habitantes de las dos ya existentes. También fusionaron sus nombres. El flamante poblado se denominó Nuestra Señora de la Talavera de Madrid, e inmediatamente pasó a ser conocida como Esteco. Pero ni siquiera así la primera Esteco quedó deshabitada. Todo el mundo, para diferenciarla, comenzó a llamarla Esteco el viejo . Hasta que en algún momento perdido para la historia, simplemente desapareció. "Hacia 1630 nadie habla más de ella", apuntó Tomasini. Durante el siglo XVIII, la ubicación de la primera Esteco ya era un misterio. La última de las Esteco, en cambio, había sido destruida por un terremoto en 1692. Y nació la leyenda. "Para los investigadores, la ubicación de las dos últimas Esteco nunca fue un misterio. Pero sí lo era la localización de la que encontramos ahora", explicó Tomasini.

"Cuando comenzamos el relevamiento, continuó, nos quedó claro que se trataba de la Esteco más antigua. Allí estaba la acequia, ahora inundada por la vegetación, y muchos restos de cerámica." “Se ha descubierto un fortín que tiene una pared de 3,10 metros de alto, de adobe, por 1,20, que es la pared oeste. Esto es muy importante porque hasta el momento todos los descubrimientos arqueológicos que se hicieron eran elementos; no estructuras arqueológicas. Lo que se ha descubierto son estructuras coloniales.

 
 

 

DESDE LA EXCAVACIÓN

 

EL LIBERAL en Esteco:

 

"Es necesario que se haga una justa valoración del pasado"

 

Nuestro enviado recorrió las excavaciones que se realizan en el departamento de Metán en la provincia de Salta, donde se desentierra la ciudad colonial.

 

Publicado el 27/11/2014 - Las plantaciones de cítricos y extensos maizales delimitan el agreste suelo donde un grupo de arqueólogos “descubre” de a poco la mítica ciudad colonial de Esteco (en su segundo asentamiento), en una investigación que va convirtiendo en tangibles y reales las innumerables hipótesis y teorías arriesgadas por los historiadores sobre la existencia de este sitio que tiene que ver con la prolongación de la gestión colonizadora nacida tras la fundación de Santiago del Estero.

“Es necesario que se haga una justa valoración del pasado”, consideró el licenciado Alfredo Tomasini, el arqueólogo que dirige la expedición que localizó y comenzó a explorar las entrañas de la llamada Esteco dos. 
Junto a Tomasini y la arqueóloga Alicia Palacios, EL LIBERAL recorrió ayer el lugar y pudo conocer detalles del descubrimiento y de las hipótesis de trabajo que se van elaborando desde el 2005.

“Cuando hablamos de descubrimiento, lo hacemos en términos arqueológicos, porque la existencia de la ciudad ya se sabía, se conocía a través de documentación, de las historias que se fueron escuchando de gente que pasó por el lugar y por los planos que existían de esta ciudad. Lo que se hizo fue comenzar a tener los elementos concretos de su existencia, que están representados por los muros y los otros elementos encontrados”, especificó Alicia Palacios.

Tomasini, por otra parte, consideró necesario también que se tome conciencia de la importancia de lo que se está haciendo, para que este lugar incluso pueda convertirse en un sitio de atracción turística. “La idea es que una vez que se lo descubra en su totalidad, al menos la parte que hemos podido conservar, quede como un testimonio vivo de la historia fundacional del país, tal como pasa con la vieja ciudad de Santa Fe, en Cayastá”, amplió.

Al sitio se llega por la ruta 34, en la localidad de Río Piedras (a diez kilómetros de Metán), se dobla hacia la derecha por la ruta provincial número 4, que entre extensas plantaciones de cítricos y maizales, lleva hasta el lugar donde se ha delimitado la parte central de lo que fue Esteco.

“Estamos parados en lo que sería el fuerte de la ciudad. Desde aquí se pueden distinguir claramente los cuatro morros ubicados en las esquinas. En el centro se ve una hondonada que podría haber sido el patio central, y sobre uno de los costados, la presencia de tejas diseminadas por el suelo, delatan la presencia de la parte edificada del fuerte, donde se cree que existían las habitaciones de los soldados”, reseña Tomasini en la entrada misma al terreno.

Cuando se le pregunta por la importancia que reviste este “hallazgo” para Santiago del Estero, coincide con el director de Patrimonio Cultural de la provincia, licenciado Marcelo Ahumada, en que “está directamente ligado a la historia fundacional nacida desde Santiago”. “Hay que tener en cuenta que este lugar pertenecía a la Gobernación del Tucumán, cuya capital fue Santiago del Estero. Desde allí nació la corriente colonizadora y se fue extendiendo hacia todo el Norte. Creo que es una buena parte de la historia fundacional y de los orígenes de la provincia”, especificó.

Preservación
En la actualidad, las excavaciones se encuentran cubiertas por razones de seguridad, ya que es época de lluvias en la zona y el intenso calor reinante impide que se concreten las expediciones arqueológicas.

“Por el momento hemos conseguido que se disponga la delimitación del terreno y está en trámite una ley de expropiación. Como en verano es imposible trabajar por el intenso calor, la humedad, las constantes lluvias y las alimañas que proliferan, se cubrieron las excavaciones con un entramado de palos, alambre y plásticos de silos bolsa que nos dan los productores de la zona, y permanecen allí hasta fines de mayo en que volvemos con las expediciones”, precisó Alicia Palacios. La profesional también hizo referencia a la importancia del trabajo concretado al asegurar que “ahora podemos asegurar que científicamente se trata de Esteco dos este lugar”.

En los últimos años hubo un avance significativo en la investigación de la denominada oficialmente Nuestra Señora de Talavera de Madrid que había sido construida en 1609 y fue destruida por un terremoto, ocurrido el 13 de septiembre de 1692, suceso que dio origen al culto del Señor y la Virgen del Milagro.

En el lugar existen rastros de una quemazón de pastizales que hubo en 2011 y que dejó el terreno abierto para comenzar las expediciones arqueológicas. Recientemente, el topógrafo, Raúl Chalú, de la Dirección General de Inmueble de la provincia de Salta, avanzó en las tareas de delimitación del extenso terreno donde se encuentran las ruinas.

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