de María Cecilia Rossi
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Doctora en Historia. Academia Nacional de la Historia, miembro correspondiente por Santiago del Estero. Argentina
Primera Parte:
Santiago se convierte en un gran cuartel a cielo abierto y su relación con el ejército del Norte
(enero a mayo de 1816)
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El año de 1816 para Santiago del Estero comenzó con una alta inestabilidad política ya que renunciaba a su cargo de Teniente de Gobernador, Tomás Juan Taboada quien estuviera en ejercicio desde abril de 1815, y el Cabildo debía hacerse cargo de tal responsabilidad, hasta que el Gobernador Aráoz decidiera un nuevo nombramiento.
En la nota de su renuncia al cargo ante el soberano Congreso, del 4 de mayo de 1816, explicaba cómo se sentía al frente de esta institución y los motivos que lo llevaban a alejarse de la misma:
El 15 de junio del año pasado fui creado por elección popular Teniente Gobernador de esta comprensión. El clamor general venció mi genial repugnancia y entre al ejercicio de aquel empleo, que juzgo haber desempeñado a satisfacción de mis instituyentes; pero conocosco que el superior a mis fuerzas en lo moral y en lo físico, ni tengo hoy talentos necesarios, ni salud bastante. Este clima que desde mis primeros años se manifestó contrario a mi constitución, parece que con la edad se avanza sobre mi vida. Por opinión general soy amenazado de tisis, y los síntomas que padezco no pueden hacer dudar los fuertes amargos de aquel terrible mal en que se manifiesta siempre ciega la azote de la salud de los hombres. En este concepto no puedo menos que hacer una formal renuncia del referido cargo de Teniente Gobernador suplicando a vuestra Soberanía se digne administrármela para poder continuar con toda libertad en la reparación que hago de los quebrantos de mi salud.[…][1]
No podríamos dudar de que Taboada padecía serios problemas de salud, pero no es menos cierto que acudía a ella para tomar licencia cuando las cuestiones políticas se le complicaban y que la resistencia al ejercicio de su cargo por parte de importantes sectores de la sociedad política santiagueña fueron notables desde el comienzo de su gestión; que le resultaba muy difícil obtener los consensos necesarios y que era repudiado por amplios sectores militares, particularmente por su adscripción sin objeciones al mandato del gobernador tucumano Bernabé Aráoz.
Cierto es que la renuncia le fue aceptada y el Cabildo se vio impelido a ejercer esas funciones de modo involuntario sin quedarle alternativa, hasta mediados de agosto del mismo año en que Manuel Belgrano nombrará a un nuevo Teniente de Gobernador. En ese estado de cosas, decidió comisionar al ciudadano Pedro Francisco Carol, su Alcalde de Primer Voto, para que ejerciera la Tenencia de Gobierno, en la comprensión que debían actuar con mucha celeridad, lo que las reuniones periódicas rdel Cabildo estarían perjudicando en demoras o postergaciones que atentarían contra la “sagrada causa que defendemos”, otorgándole todas las facultades necesarias para que actúe por sí sin esperar que se reuniera el Ayuntamiento[2].
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