Biografía del Pbro. Pedro León Díaz Gallo
Este dignísimo sacerdote nació en Santiago del Estero en 1782, siendo la casa familiar la que
ocupa actualmente el local del Museo Histórico de la Provincia. Su verdadero apellido es Díaz
Gallo aunque, generalmente, lo recordamos como el Pbro. Pedro León Gallo.
Se inició en la carrera sacerdotal en Loreto junto a Uriarte. Trasladado el Congreso de Tucumán
a Buenos Aires, fue allí dos veces presidente del mismo, sufriendo arresto en 1820.
En 1821 suscribió el Tratado de Vinará, designado por su íntimo amigo don Juan Felipe Ibarra.
En 1838, por muerte del obispo doctor Agustín Molina, ejerció el cargo de Vicario Foráneo.
Cuando en 1851 tuvo lugar la revolución encabezada por los Taboada después de la muerte de
Ibarra, actuó como representante mediador del gobernador interino don Carlos Achával.
De ideales republicanos federalistas, se opuso a todo proyecto monárquico, sobre todo en la
sesión del 27 de octubre de 1818.
Falleció en la ciudad de San Miguel de Tucumán el 16 de febrero de 1852.
Achával, José Néstor (1988) Historia de Santiago del Estero. Siglos XVI-XIX. Ediciones Universidad Católica de
Santiago del Estero. Santiago del Estero.
Año 1 | N°3 | Julio de 2009 - ISSN: 1852-4125
Biografía del Pbro. Pedro Francisco de Uriarte
Nació en Santiago del Estero el 29 de junio de 1758. Sus padres, don Juan José de Uriarte,
vizcaíno y doña Bernarda G. de Ledesma, sobre todo esta última se encontraba entrcada con
los apellidos de linaje de la época hispánica. Estudió primero en el hogar, y luego con los PP.
Franciscanos, continuando en Córdoba los estudios de Artes y Teología. Se ordenó presbítero
el 27 de diciembre de 1783, en la docta, de manos del obispo Fray José Antonio de San
Alberto. No vamos a historiar su vida, plena de acendrado amor a Dios, la Iglesia y la Patria.
Sólo deseamos recordad que fue amigo y pariente de Belgrano y que en este curato, tierra de
los antepasados maternos del prócer creador de la Bandera, estuvo enhiesto, como párroco, al
frente del templo que Ibarra hizo construir en la vieja villa loretana, hasta que la muerte lo
sorprendió, a los 81 años de edad “después de haber servido a su pueblo por espacio de
cuarenta y cuatro años. Murió de pie como un romano. Terminaba de oficiar la misa de Santa
Rosa en agosto de 1839”. Sus restos fueron sepultados en el viejo templo que su amigo Ibarra
había hecho construir y que tenía mucho de parecido con el de La Merced de Santiago del
Estero.
En 1942, el ex diputado y gobernador de la provincia, don Eduardo Miguel, por un proyecto
señalaba la necesidad de buscar y exhumar los restos de tan digno prócer. Es que al crecer el
río Dulce, las aguas del canal de Tuama a Loreto, habían cubierto y destruido por completo la
vieja villa loretana y su templo, a la vez que la población habíase trasladado a la vera del
ferrocarril que a pocos kilómetros de ahí pasaba, naciendo así Villa San Martín, la que hoy por
ley llamase de nuevo con el nombre tradicional de Loreto.
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