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ASAMBLEA DEL AÑO XIII Derechos, aboliciones y límites en las jerarquías y prerrogativas

Claves para Comprender la Historia, Horizonte Bicentenario 2010-2016 - Año 5 - Nº 21, abril de 2013-ISSN 1852-4125

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María Cecilia Rossi

 El 31 de enero de 1813 se abría la Asamblea cuyos propósitos eran reunir a todos los representantes de las ciudades y sus jurisdicciones y dictar una constitución para el Estado que se estaba construyendo, de allí que recibirá el nombre de Asamblea General Constituyente. Sostenida por resonantes triunfos militares: José del San Martín en San Lorenzo el 3 de febrero, Manuel Belgrano triunfaba en Salta el 20 de febrero, Artigas se incorporaba al ejército de Rondeau sitiando Montevideo, inició una obra legislativa realmente impresionante que, vista de afuera, pudiera ser pensada como para un Estado en pleno desarrollo. El 31 de enero de 1813 el Poder Ejecutivo Provisorio de las Provincias Unidas del Río de la Plata emitió un Bando Supremo que a modo de Manifiesto Inaugural en el que planteaba su mirada sobre los padecimientos de un orden de esclavitud, los méritos de la separación y los desafíos que vendrían y cómo encararlos. Libertad, independencia, repúblicas antiguas y modernas, despotismo, virtud triunfante, son algunos de los conceptos que recorren sus párrafos, para terminar sosteniendo enfáticamente e incitando al sostenimiento del nuevo orden:

Claves para comprender la historia - Horizonte bicentenario 2010-2016 - Año 2 - N°8 - Mayo de 2010 - ISSN: 1852-4125

 


 

Gargaro, Alfredo (1941) Santiago del Estero 1810-1862, Tirada aparte del tomo IX de la Historia de la Nación Argentina, Buenos Aires, Imprenta de la Universidad

 (Fragmento. Capítulo 1. pp. 6-10)

Antiguo cabildo de Santiago del Estero… “En 1810, Santiago del Estero ya no era la capital política y religiosa del Tucumán de la conquista: había quedado, con el andar del tiempo, reducida a un pobre villorio con una escasa población de 4000 a 5000 almas, adormecida a la margen derecha del anchuroso Dulce, donde la fundara Francisco de Aguirre en diciembre de 1553, con su caserío carcomido por el salitre y su alma afiebrada por el intenso calor que la mantenía en el letargo.

Madre de pueblos argentinos, vivía en su propia suerte, en una quietud interrumpida de cuando en cuando por pequeñas rencillas lugareñas en lo social, y eh lo político-económico, sólo conmovida por la renovación de sus tenientes gobernadores y cabildantes, con alguno que otro impuesto que apretaban a su vida económica exhausta y enferma. De este modo, Santiago del Estero vivía su propia existencia, deparada más que todo por su medio geográfico que le determinaba un aislamiento de miseria, medio que se adueñara de la voluntad de sus pobladores, reteniendo por lógica consecuencia, todo progreso evolutivo, abriendo en cambio, campo propicio al sometimiento y tiranía.

Claves para comprender la historia - Horizonte Bicentenario 2010-2016 - Año 2 | N°8 | Mayo de 2010 - ISSN: 1852-4125


 

Alén Lascano, Luis Celestino (1992) Historia de Santiago del Estero, Editorial Plus Ultra, Buenos Aires.

Fragmento del Capítulo VII

“El pronunciamiento de Mayo y Santiago del Estero (pp. 212-214)

“Limítrofe con Córdoba, por el camino real hacia el Alto Perú, se hallaba Santiago del Estero, centro neurálgico de las comunicaciones mediterráneas. En la dramática opción, dependía del paso que dieran los santiagueños, el definitivo cauce de la Revolución de Mayo en el interior. Y aquí vino la habilidosa dilación capitular so pretexto del abandono que la mayoría del cuerpo hizo de la ciudad, pues muchos de ellos “se ausentaron a esta jurisdicción en acopio de los recursos para la construcción de las Casas Capitulares”. A falta de sus colegas, el alcalde de primer voto Domingo de Palacio decidió citar a dos testigos para dar fe de ello en el acta respectiva del mismo día 10 y efectuar urgente citación a los miembros antes de adoptar ninguna determinación comprometedora. “La dilación observada no obedecía a ningún móvil antipatriótico sino a la prudencia necesaria en la solución de un problema trascendental”, acota el historiador Gargaro al respecto.

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