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Claves para comprender la Historia - Horizonte bicentenario Mayo 2010 Julio 2016 - Año Vº N° 22 – Mayo de 2013 - ISSN: 1852-4125 -


María Cecilia Rossi

 

Estamos tan acostumbrados a pensar la revolución como rioplatense que olvidamos que el Virreinato del Río de la Plata era un territorio organizado en torno a una cantidad de ciudades importantes, entre ellas la nuestra, y los territorios que las rodeaban. Y aquí, en Santiago del Estero, se desarrolla una de las historias a mi juicio más interesantes de todo el proceso revolucionario.
Y realizo tal afirmación porque estoy convencida de que si había una ciudad en el territorio virreinal que conservara casi devocionalmente los patrones culturales españoles propios de la colonia, esa ciudad era Santiago del Estero. Pequeña, chata, con predominancia de los colores tierra y abrazada por el sol y los vientos, con un río que cuando crecía se llevaba todo, y con un salitre que corroía lo que el río dejaba, tenía un poderoso grupo español que dominaba, en gobiernos prácticamente de familia, la institución colonial por excelencia: el Cabildo. Y también ocupaban el resto de las funciones públicas. Personajes de antigua prosapia, ligados a las encomiendas y a los feudos, perfiles en los que se unía el grado militar con el carácter de terratenientes, disfrutaban de todos los privilegios, mientras que para el resto del pueblo la conducta a seguir era la sumisión lisa y llana y una constante servidumbre.
Poco después llegaron a Santiago las noticias de Salta en donde habían comenzado a germinar las ideas separatistas. Y en esas idas y venidas, el revolucionario salteño José Moldes pasó por Santiago del Estero y conversó largamente con Borges quien, operando en la práctica el cambio profundo que ya se había producido en sus ideas, será en adelante un caudillo revolucionario que empeñará honor, fama y fortuna en la causa de la emancipación, nadie dudará que fuera el nervio vivo de mayo de Santiago y fue quien preparó el ambiente contra el Absolutismo y a favor de las ideas emancipadoras.
El año de 1810 estaba azotando a Santiago del Estero con una fuertísima sequía y el Cabildo elegía sus autoridades: Domingo de Palacio era el Alcalde de 1er. Voto; José Manuel de Achával Alcalde de 2° Voto; Santiago de Palacio Regidor Alférez Real; Francisco Solano de Paz como Defensor de Menores y Podres; Pedro José Lami Regidor Llano; Pedro Ignacio de Urrejola Síndico Procurador General; Germán Lugones y Antonio Guerra como Alcaldes de la Santa Hermandad . Gobernaba José Severo de Isasmendi.

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Los criollos, reunidos en la Plaza Mayor (hoy Plaza de Mayo) al grito de "el pueblo quiere saber de que se trata", se manifiestan luego de la indignación popular del día anterior al enterarse de que el Cabildo había decidido que Cisneros continuara en el mando que concluyó con la renuncia de todos los miembros de esa Junta.
Al promediar la mañana del día 25 de mayo los cabildantes reconocen la autoridad de la Junta Revolucionaria y así se forma el Primer Gobierno Patrio.

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